Esta reflexión de mi autoría surge a raíz de una conversación sobre las personas y sus diferentes modos de afrontar la vida.
No sólo es una invitación a reflexionar sino a actuar en consecuencia.
No importa si tenés las mejores semillas, si la tierra está bien abonada, si contás con todas las herramientas, si las condiciones climáticas favorecen la siembra o si sos idóneo en tu tarea.
Si mal sembrás o, si luego de sembrar bien, descuidás tu cultivo y al madurarse no lo cosechás a tiempo o si mientras crece no le quitás la plaga que lo daña para que siga creciendo sano, no obtendrás fruto del que alimentarte para poder vivir.
Así hacen algunas personas. Teniendo todas las posibilidades y la capacidad para salir exitosas en la vida, rechazan la oportunidad de superarse y destacarse por dar prioridad al conformismo, al entretenimiento excesivo, a la ociosidad, a la flojera y a las malas compañías.
Nada cae del cielo pero nada es imposible mientras seamos perseverantes, constantes, trabajadores y estemos con gente que nos quiere bien, que nos valora y que cree en nuestro potencial.
Si sos trigo limpio, no permanezcas mucho tiempo junto a la cizaña porque te pudrirás con ella.
[Escrito el 29/03/2011]