Evangelio según San Lucas 2,41-51

viernes, 8 de junio de
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Los padres de Jesús iban todos los años a Jerusalén en la fiesta de la Pascua. Cuando el niño cumplió doce años, subieron como de costumbre, y acabada la fiesta, María y José regresaron, pero Jesús permaneció en Jerusalén sin que ellos se dieran cuenta. Creyendo que estaba en la caravana, caminaron todo un día y después comenzaron a buscarlo entre los parientes y conocidos. Como no lo encontraron, volvieron a Jerusalén en busca de él.

Al tercer día, lo hallaron en el Templo en medio de los doctores de la Ley, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Y todos los que lo oían estaban asombrados de su inteligencia y sus respuestas. Al verlo, sus padres quedaron maravillados y su madre le dijo: “Hijo mío, ¿por qué nos has hecho esto? Piensa que tu padre y yo te buscábamos angustiados”.

Jesús les respondió: “¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que yo debo ocuparme de los asuntos de mi Padre?”. Ellos no entendieron lo que les decía. El regresó con sus padres a Nazaret y vivía sujeto a ellos. Su madre conservaba estas cosas en su corazón.

 

 

Palabra de Dios

 

 

 

 

 


P. Gustavo Gatto Sacerdote de la Diócesis de Villa María – Córdoba

 

 

 

 

 

Hoy celebramos al Inmaculado corazón de la Virgen María. En esta celebración, nos invitan a entrar en el ministerio del corazón de Dios con nuestro corazón. La Fe es una invitación a darle el corazón al Señor, a descansar en su corazón, tener los mismos sentimientos de Jesús, a vivir la experiencia de María que se animaba a conservar y trabajar en su corazón, aunque sea difícil y algo que no podía entender.

 

La fe es una cuestión del corazón, pero no la cuestión de sentimientos sino, de amor profundo de decisión , de tener el estilo de vida de Cristo. Que la Virgen María y su corazón Inmaculado nos ayude a descansar, a reposar y a tomar siempre energías para la misión del corazón de Jesús. ¡Que tengas un hermoso fin de semana!

 

 

 

Oleada Joven