Karol Wojtyla el Papa Juan Pablo II, su figura marcó la vida de millones de personas e incluso el desarrollo de la historia durante sus 26 años de pontificado. El santo Juan Pablo II, es querido y admirado, no sólo por los católicos, sino por personas del mundo entero, de todas las creencias y condiciones sociales. Su carisma sigue vigente de un modo especial en los jóvenes. Su amor por ellos le impulsó a crear las “Jornadas mundiales de la juventud”. Durante estos encuentro masivos y en cada oportunidad que tenía se dirigía a los jóvenes con un mensaje esperanzador y a la vez exigente. Él les decía: “Ustedes pueden ser mejores de lo que los demás les dicen que pueden ser. Ustedes son superiores a todas las hipótesis sobre ustedes mismos”. ¿Utopía de un papa?
Todo va mostrando que es un profundo conocimiento del corazón juvenil. Los jóvenes de todos los tiempos son atraidos por la autenticidad de las personas, y no se dejan engañar por espejitos de colores ni promesas falsas. El Papa Juan Pablo II no proponía un mensaje vago ni espiritualoide, al contrario invitaba a los jóvenes a no tener miedo de entregar la vida por Cristo.
“Ustedes son la esperanza de la Iglesia y del mundo. Ustedes son mi esperanza”… con estas emocionantes palabras se dirigió a los jóvenes un 22 de octubre de 1978, recien inaugurado su pontificado. Desde entonces recorrió el mundo entero acompañado por jóvenes y acompañándolos a ellos, compartiendo sus alegrías y esperanzas, sus tristezas y sus angustias. Les habló con franqueza y claridad, animándoles a buscar y experimentar una vida auténtica, a seguir más de cerca a Jesús y a comprometerse en la construcción de un mundo más humano. Hacia el final de su vida, viendo la Plaza San Pedro repleta de jóvenes acompañándolo en su agonía hizo un gesto de bendición hacia la ventana desde donde se colaban sus alegres cánticos y dijo: “Yo los he buscado y ahora ellos vienen a buscarme, les doy las gracias”. Juan Pablo II, el santo, el magno… el amigo de los jóvenes. En su día le pedimos que interceda por nosotros, los jóvenes del siglo XXI.