Evangelio según San Mateo 10,7-15

miércoles, 11 de julio de
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Jesús dijo a sus apóstoles: Por el camino, proclamen que el Reino de los Cielos está cerca. Curen a los enfermos, resuciten a los muertos, purifiquen a los leprosos, expulsen a los demonios. Ustedes han recibido gratuitamente, den también gratuitamente.”

No lleven encima oro ni plata, ni monedas, ni provisiones para el camino, ni dos túnicas, ni calzado, ni bastón; porque el que trabaja merece su sustento. Cuando entren en una ciudad o en un pueblo, busquen a alguna persona respetable y permanezcan en su casa hasta el momento de partir.

Al entrar en la casa, salúdenla invocando la paz sobre ella. Si esa casa lo merece, que la paz descienda sobre ella; pero si es indigna, que esa paz vuelva a ustedes. Y si no los reciben ni quieren escuchar sus palabras, al irse de esa casa o de esa ciudad, sacudan hasta el polvo de sus pies. Les aseguro que, en el día del Juicio, Sodoma y Gomorra serán tratadas menos rigurosamente que esa ciudad.

 

 

Palabra de Dios

 

 

 

 

 

 


 P. David Pintos

 

 

 

 

En el Evangelio de Hoy Jesús realiza un envío misionero a sus discípulos con indicaciones y actitudes concretas de cómo hacerlo.


Si bien la Iglesia, cada bautizado, tiene que tener una disposición natural y permanente de misión ( Osea en todo momento tenemos que dar testimonio de Dios y su buena noticia) hay tiempos en el año donde muchos grupos y comunidades se organizan y van visitar a muchos pueblos. Como por ejemplo en nuestro País muchas comunidades aprovechan las Vacaciones de invierno para realizar una Misión. Seguramente muchos ya lo hicieron y seguramente muchos en este momento lo están haciendo. Y escuchar el Evangelio de Hoy seguramente les vendrá como anillo al dedo, cómo una confirmación de Jesús que está muy bien lo que están haciendo, siempre con la obediencia y la confianza puesta en Él.


Justo la semana pasada tuvimos la visita en mi comunidad de los jóvenes del Oratorio Salesianos de Salta que generosamente se quedaron en mi comunidad durante una semana para trabajar con niños, Jóvenes y todas las Familias. Fue una experiencia de Dios inolvidable y muy fuerte para todos nosotros.


Josi, uno de los chicos del Oratorio, nos compartió su testimonio y nos decía que antes de misionar le habían preguntado -“¿Es realmente necesario que vayas a misionar, a ese lugar donde hay suciedad y no hay mucha comodidad? ¿Es necesario que dejes muchas cosas? Ya sos universitario y los tiempos son distintos”. Y que al finalizar la Misión y ver todo lo que había vivido, que los juegos y encuentros, las charlas, los bailes y obras de teatro, y ver cómo los más pequeños se reían hasta más no poder por lo feliz que estaban Josi dijo -” Sí es muy necesario haberlo dejado todo para venir a misionar, nunca me voy a arrepentir de haberlo hecho. Sobre todo porque sentí muy cerca a Dios y me gusta saber que le hemos dejado una parte muy importante de nuestras vidas. Esto me ayuda en la vida para seguir siempre adelante”.


Hermoso el testimonio de Josi como la de muchos seguramente que tuvieron o tienen la posibilidad de vivir la experiencia de misión. Si alguno tiene la posibilidad de hacerlo, háganlo con mucha confianza y alegría, no saben el bien que hace y sobre todo el impulso que nos da en la vida para hacer con muchas ganas lo que nos toca.


Gracias de Corazón por todos los misioneros que en distintas partes cumplen con el mandato de Jesús de salir a misionar y que llevan la presencia de Dios y la alegría a muchos lugares. Que Dios los bendiga abundantemente. Hoy agradezcamos a los misioneros y recemos mucho por ellos.

 

 

Oleada Joven