Que jamás me olvidé Señor que cuando abrazo la Cruz te estoy abrazando a Vos. Que cuando la acepto te estoy aceptando a Vos. Que cuando la miro, encuentro tu mirada consoladora, Tu entendimiento. Que cuando le sonrió me estás ayudando a sonreírle al dolor. Que cuando busco conocerla, estoy conociendo el mismo camino que recorriste. Que no hay camino al amor, sin que su presencia este. Que la resurrección, es consecuencia de haberla aceptado y cargado.
¿Quién Señor puede comprender que nos llamás a entregarnos como Vos? Que jamás me olvidé que en la miseria, en el fracaso, en el dolor, la angustia, la persecución, tu bondad y tu compañía se hacen más presentes. Vos qué sabes de qué se trata, ayúdame a que jamás me olvide. Que ella va a ser mí amiga y compañera, mí maestra y correctora, quién levante con su altura mí mirada, para poder encontrar así tus ojos y ver en ellos el amor de los amores, el amor que duele, el amor que da vida, el amor verdadero, el amor en cruz.
Por favor Señor, que jamás me olvide.