Evangelio segun San Marcos 7, 14-23

martes, 8 de febrero de
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Y Jesús, llamando otra vez a la gente, les dijo: “Escúchenme todos y entiéndanlo bien.  Ninguna cosa externa que entra en el hombre puede mancharlo; lo que lo hace impuro es aquello que sale del hombre. ¡Si alguien tiene oídos para oír, que oiga!”.

Cuando se apartó de la multitud y entró en la casa, sus discípulos le preguntaron por el sentido de esa parábola. El les dijo: “¿Ni siquiera ustedes son capaces de comprender? ¿No saben que nada de lo que entra de afuera en el hombre puede mancharlo, porque eso no va al corazón sino al vientre, y después se elimina en lugares retirados?”. Así Jesús declaraba que eran puros todos los alimentos.

Luego agregó: “Lo que sale del hombre es lo que lo hace impuro. Porque es del interior, del corazón de los hombres, de donde provienen las malas intenciones, las fornicaciones, los robos, los homicidios, los adulterios, la avaricia, la maldad, los engaños, las deshonestidades, la envidia, la difamación, el orgullo, el desatino. Todas estas cosas malas proceden del interior y son las que manchan al hombre”.


Palabra de Dios


 

Monseñor Santiago   Olivera Obispo de la Diócesis de Cruz del Eje

 

El texto que la iglesia nos propone hoy, el evangelio de Marcos, dice llamando a la gente, dice el Señor, “esuchen todos y entiendan”. Hay que entender bien, podemos decir “escuchemos, entendamos”. En la Ley mosaica existían muchas impurezas rituales: alimentos que toca el hombre, o situaciones que le toca transitar, o el contacto con algún difunto; hay muchas cosas que traian impurezas rituales. Pero Jesús es clarisimo, enseña un nuevo modo, ha producido una revolucón porque lo que mancha al hombre no es lo externo si no lo de adentro. La pureza que le importa al Señor es la pureza del corazón. Nosotros sabemos que el corazón en la biblia comprende a todo el hombre, toca a los afectos, a la voluntad y a la inteligencia.

 

Muchas veces cuando comenzamos la misa  o cuando terminamos una jornada al dia y nos vamos a dormir, pedirle al Señor que conoce nuestros pensamientos y que ilumina la tiniebla del corazón, volver a Jesús, sabemos y experimentamos que del corazón es donde salen todas las cosas. O el salmo cuando dice ” crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu firme” Esta es la clave de lo que el Señor quiere enseñarnos hoy: no es lo que sale del hombre lo que contamina al hombre. En la misma escritura está claro, no hace falta explicación. Los malos pensamientos, las impurezas, los adulterios, la codicia, la enviadia… todo sale de nuestro corazón. 

 

Vamos a pedirle a Jesús que nos ayude realmente a unificar siempre nuestra vida y a descubrir siempre que las cosas exteriores pueden ayudarnos, sin duda, a tener un corazón más limpio y puro y mejores sentimientos. Porque tenemos que purificar nuestros sentidos, nuestras miradas, tenemos que estar atentos para no dejarnos contaminar ni contagiar por lo exterior. Pero no es lo exterior lo que nos hará puros ni impuros sino lo que sale del corazón.

 

Por eso pidámoles a Jesús realmente en esta Palabra que nos transforma y nos cure, que nos dejemos conducir por Él y que de nuestro corazón surja todo aquello que es en consonancia y está en unidad con Jesús. Pidamosle entonces esta gracia, un corazón puro y que nos renueve por dentro con espíritu firme. 

 

Oleada Joven