Jesús salió de allí y se dirigió a su pueblo, seguido de sus discípulos. Cuando llegó el sábado, comenzó a enseñar en la sinagoga, y la multitud que lo escuchaba estaba asombrada y decía: “¿De dónde saca todo esto? ¿Qué sabiduría es esa que le ha sido dada y esos grandes milagros que se realizan por sus manos?
¿No es acaso el carpintero, el hijo de María, hermano de Santiago, de José, de Judas y de Simón? ¿Y sus hermanas no viven aquí entre nosotros?”. Y Jesús era para ellos un motivo de tropiezo. Por eso les dijo: “Un profeta es despreciado solamente en su pueblo, en su familia y en su casa”.
Y no pudo hacer allí ningún milagro, fuera de curar a unos pocos enfermos, imponiéndoles las manos. Y él se asombraba de su falta de fe. Jesús recorría las poblaciones de los alrededores, enseñando a la gente.
Palabra de Dios
P. David Pintos
El Evangelio de hoy nos describe a un Jesús Maestro enseñando y a una multitud escuchando sus enseñanzas. Y en el fondo de cada uno de ellos hay diferentes disposiciones.
En el interior de Jesús esta la firme voluntad de querer estar cerca, de enseñar, de llevar la sanación y salvación a todos. Su voluntad es firme y constante a pesar de que muchos de los que lo escuchan no le creen, tienen poco fe. Como será que es muy poca la falta de fe que Jesús se ve asombrado y a causa de eso no puede realizar muchos milagros. Y no es porque él no quiera, sino que la gente es la que está cerrada. Pero bueno la voluntad de Jesús es firme, por eso sin cansancio y con mucha perseverancia sale a los pueblos a predicar.
En el interior del pueblo que supuestamente escucha al Maestro vemos una incredulidad, hay poca fe. De una cierta manera hay un rechazo al mensaje de Jesús, como lo puede haber hoy. Gente que está “cerca” entre comillas pero que en el fondo no cree. Personas de la que se puede esperar otra actitud, porque eran personas que frecuentaban la sinagoga, las cosas religiosas. Pero en fin tienen una actitud incrédula.
Y Jesús enseña con una firme voluntad.
En nosotros ¿Cuáles son nuestras disposiciones frente a las enseñanzas de Jesús? ¿Son como las personas que encontramos hoy en el Evangelio? Porque de cierta manera todos nosotros somos personas religiosas que escuchamos y meditamos regularmente la Palabra de Dios. ¿Creemos en las enseñanzas de Jesús? ¿Le creemos a él? ¿O solo nos la pasamos murmurando y creyendo a medias? ¿De nosotros que dira Jesús? ¿Estará asombrado por nuestra falta de fe?
De nosotros Jesús, el mundo, nuestras comunidades, nuestras familias, nuestros amigos esperan que seamos personas de fe, que seamos verdaderamente creyentes. Para que así la gracia de Dios pueda obrar en nuestras vidas y en la de todos. La insistencia de Jesús para con nosotros es constante y firme. Recordemos las palabras que Jesús dijo al Papa de la niña a quien hizo revivir y que son las palabras que también están dirijidas hacia cada uno de nosotros “No temas, basta que creas”.
Le pidamos en este dia a Jesús creer en él. Creer en sus enseñanzas. Tener una fe firme.
Un abrazo grande y que Dios los bendiga a todos.