Cuando toca aceptar tu voluntad. Cuando tengo que meterme entre la trama enredada de tus planes. Cuando empiezo a ver que tus tiempos son trazados de forma distinta a los míos. Cuando no entiendo de tus señales o mensajes. Cuando lo que quiero no es lo que necesito. Cuando mi mirada se nubla y carezco de claridad.
Decido parar. Y no me sale preguntarte ¿por qué? Es que ya se que mi humanidad está lejos de comprender tu respuesta. Decido poner pausa. Y no me sale tirar mi fe por la borda. Es que es todo lo que tengo.
Entonces y sólo entonces, decido respirar hondo, tan hondo hasta aceptar. Porque no te entiendo,pero te acepto,mi Jesús. Acepto y abrazo tus tiempos,tus modos y maneras. Acepto y me anclo a tus planes. Acepto y empiezo a caminar la vida. Confío,Jesús, confío en Vos.