Ese silencio tuyo en el cual se apaga el rumor de nuestra vida ese silencioso palpitar, que absorbe toda lágrima.
Ese silencio… ese silencio, más sonoro que un cántico angelical;
ese silencio que expresa el Verbo a la mente, y al corazón le da el bálsamo divino; ese silencio en el que toda voz se encuentra reencauzada y toda plegaria transformada, esa secreta presencia tuya…
Allí está la vida, allí la esperanza, allí descansa nuestro pequeño corazón para retomar otra vez su camino.
Chiara Lubich