Jesús dijo a sus discípulos: «No piensen que vine para abolir la Ley o los Profetas: yo no he venido a abolir, sino a dar cumplimiento. Les aseguro que no desaparecerá ni una i ni una coma de la Ley, antes que desaparezcan el cielo y la tierra, hasta que todo se realice.
El que no cumpla el más pequeño de estos mandamientos, y enseñe a los otros a hacer lo mismo, será considerado el menor en el Reino de los Cielos. En cambio, el que los cumpla y enseñe, será considerado grande en el Reino de los Cielos.»
Palabra de Dios
P. David Pintos
Sabemos que en la vida si seguimos el camino de Dios es lo más favorable para nosotros. Quien sigue el camino de Dios y sus mandatos sabe que va por el camino de la plenitud y la felicidad. Lo que más llena nuestras vidas, lo que más llena nuestros corazones son las cosas de Dios. Pero este seguimiento, este andar con Dios, este cumplir sus mandamientos, este seguir sus enseñanzas requiere que cada uno lo siga y cumpla no se una manera superficial o a medias…sino que se requiere de un compromiso total. Dios no quiere sólo una parte de nosotros, Dios lo quiere todo de nosotros. Hasta la cosita más insignificante en Dios vale no sólo mucho sino todo. Lo más insignificante es lo más importante y es ahí donde tenemos que ser más fiel. Esto que dice Jesús en el Evangelio de Hoy “cumplir hasta el más pequeño de los mandamientos” es una consideración que tendremos que tenerla muy en cuenta.
Siempre humanamente las cosas que uno haga serán siempre pequeñas pero en Dios se hace infinito y llega a todos lados. No son las muchas cosas que hagamos lo que es importante sino el amor que ponemos en cada una de nuestras acciones lo que realmente importa. Todo y más todavía el detalle más pequeño es lo que realmente importa y que requiere de todo lo que somos para hacerlo de la mejor manera.
Aprendamos a poner toda nuestra atención en los detalles más pequeños para realizarlos de la mejor manera. Que Dios nos de la gracia de poder seguirlo de verdad cumpliendo hasta sus mandamientos más pequeños.