Evangelio según San Lucas 6,43-49

viernes, 15 de septiembre de
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Jesús decía a sus discipulos: 

 

«No hay árbol bueno que dé frutos malos, ni árbol malo que dé frutos buenos:  cada árbol se reconoce por su fruto. No se recogen higos de los espinos ni se cosechan uvas de las zarzas. 

 

El hombre bueno saca el bien del tesoro de bondad que tiene en su corazón. El malo saca el mal de su maldad, porque de la abundancia del corazón habla la boca.  ¿Por qué ustedes me llaman: ‘Señor, Señor’, y no hacen lo que les digo? 

 

Yo les diré a quién se parece todo aquel que viene a mí, escucha mis palabras y las practica. Se parece a un hombre que, queriendo construir una casa, cavó profundamente y puso los cimientos sobre la roca. Cuando vino la creciente, las aguas se precipitaron con fuerza contra esa casa, pero no pudieron derribarla, porque estaba bien construida. 

 

En cambio, el que escucha la Palabra y no la pone en práctica, se parece a un hombre que construyó su casa sobre tierra, sin cimientos. Cuando las aguas se precipitaron contra ella, en seguida se derrumbó, y el desastre que sobrevino a esa casa fue grande.» 

 

Palabra de Dios

 


 

P. Gustavo Gatto sacerdote de la Diócesis de Villa María

 

Hoy el evangelio de Lucas , nos regala un lindo misterio de discernimiento para nuestra vida. Que lindo que nos podamos preguntar, cuales son nuestros temas, que cosas hablamos, cuáles son las realidades que están en nuestra mente, nuestros deseos y proyectos.

 

Y si somos sinceros , eso no va a dar un panorama de dónde estamos, en qué lugar de la vida nos situamos y cómo estamos en el camino del Señor. “En la abundancia del corazón, habla la boca”.

 

¡Que tengas un feliz fin de semana!

 

Oleada Joven