¿A dónde podemos encontrar mejor a Dios que dentro nuestro?
¿Dónde se esconde, si no es en tu corazón?
¿Por dónde habla, si no es a través de tu mente?
¿Cómo van a conocer los hombres a Dios, si no es a través tuyo?
Buscamos respuestas, generamos dudas y queremos entender como puede ser tan mágico para unos el amor de Dios y tan escaso para otros. Queremos entender donde está Dios cuando hay gente sufriendo y cuando hay personas sin amor. Intentamos descubrir por qué Dios se ausenta, por qué no siempre se hace presente y por qué las veces que más lo necesitas no está.
Es de humanos pensar que Dios se ausenta, es de humanos porque amamos limitadamente, porque no nos interesa tanto el que sufre, si no que solo nos importa nuestro Dolor. Es de humano porque Dios nunca falta, pero nuestros actos, palabras y nuestra forma de ver el mundo muchas veces hacen que el resto no vea a Dios.
Hoy quiero contarte que Dios está dentro de cada uno de nosotros, esperando que aceptes su amor, lo apropies y lo compartas. Hoy quiero contarte que muchas veces tus actos no dejan que otros vean el amor de Dios, pero sobre todo, quiero contarte que Dios es amor, siempre, no dudes de su bondad o de sus propósitos, sin dudas que son perfectos. La imperfección es humana, es totalmente nuestra, nosotros decidimos no reflejar a Dios, aprovecharnos del débil y lastimar al que está casi hundido. No le eches la culpa a Dios por tus problemas, por tus malas decisiones, no le eches la culpa a Dios si lastimas a alguien o si alguien te lastima, te creó libre, sos el propio dueño de tus actos.
Así que hoy, te invito a que si realmente hay algo de Dios en tu corazón, lo compartas para que otros puedan conocer su verdadero amor.
Montiel Ainelen.