Sé que me viste, sentí como tu mirada se posaba sobre mí y rápidamente la apartabas. Parecías apurado pero el instante que me viste tus pasos fueron más lentos. Hubo algo en mí que llamó tu atención, ¿habrán sido los cartones que sujetaba? ¿O fue el polvo y la tierra de mis manos? ¿fue el olor a porro y la botella de alcohol lo que hizo que tus pasos fueran más lentos? ¿o se enlentecieron cuando te encontraste con el rostro de un niño?… Será que aquello que te hizo verme fue lo mismo que te llevó a apartarme rápidamente de tu mirada…
No te juzgo, no te condeno… te espero. Por eso te pido que guardes en tu corazón ese instante en que nuestras vidas se cruzaron. Por favor hacé eterno ese momento, llévame en tus pensamientos y no me sentiré solo, llévame en tus oraciones y el peso de mi cruz será más liviano, lleva mi vida en tus ojos y ya no hará falta que me veas para que nuestras vidas se crucen una vez más. Entonces sabrás que aquello que te hizo verme no fueron los cartones, las zapatillas gastadas ni el polvo de mis manos, sino que fue que encontraste allí mi rostro…
Jesús