Ojalá me escuches

martes, 11 de abril de

Abunda en la Escritura esta necesidad de escucha. El arte de escuchar es el arte del silencio. 

No estar atentos a nuestra exterioridad- nuestro Egipto-, donde existe el conflicto, sino allá adentro donde Dios nos ama, para acoger Su presencia en el corazón. 

El silencio es para reencontrarnos con Su presencia, con Su amor.

El don de la escucha. 

El silencio no es hijo del deber, sino hijo del amor; el silencio es una obra de amor. La oración nunca es una obra impuesta sino una obra de amor. 

En medio de tu corazón está el Desconocido. Dios es siempre más desconocido que conocido y el sendero para ese encuentro es siempre nuestro silencio. “Ojalá me escuches”, ahí vendría a vos la visita de todo el gozo, la visita de toda la paz. Estar presente al que es la eterna Presencia.

 

Fray José Fernández Moratiel

 

 

Oleada Joven