“No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva”.
(Benedicto XVI)
Gracias a Dios, es el segundo año que puedo participar de la Acampada, y lo que ha dejado en mi corazón la del 2015, es un gozo tremendo de saber acompañado por la mirada misericordiosa de Dios TODA NUESTRA VIDA, ¿suena a una locura no?
Por eso me siguen resonando las palabras de Pablo Martínez en el corazón, y le vuelvo dar gracias por orientar los anuncios a través de los sentidos, con cuales percibimos todo, incluso a Dios. Porque cuando citaba a Benedicto, de que no nos adherimos a una idea sino a una PERSONA y nada menos que a JESÚS, el que Era, el que Es y el que ha de Venir, pude redescubrir ese amor inmenso que nos tiene, ¿Qué loco no?
Y experimentar, desde que uno se va preparando para viajar, hasta el regreso, como tantas personas que conoces durante la Acampada, le confían su vida, sus proyectos y, como decía el Padre Pío, su pasado, presente y futuro a la providencia de Dios… es fantástico, como si palpáramos un pedacito de cielo.
Por eso me traigo de esta Acampada en el morral, un ENCUENTRO, un encuentro genial de Hijos con un Padre, y estos hijos que ofrecen todos los días una mirada de amor al Padre que nos amó primero, y nos invita a caminar con Él, a matear nuestra cotidianeidad con Él, y eso es increíble.
Por último agradecer a toda la comunidad que preparó la Acampada, para que podamos vivirla tan felizmente.
Al llegar a Concordia, nos encontramos que el Río estaba estacionado, y hoy, desde hace cuatro días que baja y comenzó el “operativo retorno”, así que les pedimos oraciones para que esta situación nos vuelva más, “comunidad”.
Que Dios los bendiga y los guarde, para que podamos decir como San Francisco de Asís: “MI DIOS Y MI TODO”
Paz y bien
Adrián Perez Siran