Entonces Jesús dijo a sus discípulos: “El que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; y el que pierda su vida a causa de mí, la encontrará.
¿De qué le servirá al hombre ganar el mundo entero si pierde su vida? ¿Y qué podrá dar el hombre a cambio de su vida? Porque el Hijo del hombre vendrá en la gloria de su Padre, rodeado de sus ángeles, y entonces pagará a cada uno de acuerdo con sus obras. Les aseguro que algunos de los que están aquí presentes no morirán antes de ver al Hijo del hombre, cuando venga en su Reino”.
Palabra de Dios
P. Nicolás Retes Sacerdote de la Arquidiócesis de Buenos Aires, colabora en el equipo de Pastoral vocacional Buenos Aires y en la UNC
Queridos amigos de oleada joven, el evangelio de este viernes 5 de agosto nos presenta el tema del seguimiento a Jesús y cargar con la propia cruz, esa cruz que nos ha sido dada y que por supuesto no tenemos que buscar sino que viene sola, no se trata entonces por dolor, no se trata simplemente por deber, la obligación de cargar con la cruz sino comprendiendo que tiene un sentido, todos en esta vida tenemos dolores, tristezas que sobrellevar pero cuando lo hacemos en la presencia de Cristo acompañados por su gracia, por su amor, sabiéndonos sostenidos es mucho más fácil llevar la cruz de cada día.
Justamente este evangelio ha sido de ejemplo para muchos santos, entre ellos San Francisco Javier quien, nos cuentan las crónicas, que se convirtió releyendo este pedacito del evangelio, tomó realmente conciencia del sentido profundo que tiene “de que le sirve al hombre ganar el mundo si pierde su vida” cual es el sentido ultimo de la vida del hombre aquí en la tierra. Estamos aquí para amar, para dar gloria a Dios, para crecer, para ser mejores personas, para ayudar al prójimo, en fin, estos valores que salen de la Palabra de Dios, del evangelio.
Pidamos en este viernes la gracia, entonces, de no cargar la cruz por amor al dolor o al sufrimiento, sino realmente por amor a Cristo y esto nos da un sentido nuevo para seguir luchando, avanzando para que el Reino de Dios crezca en todos.