Evangelio según San Lucas 4,38-44

martes, 30 de agosto de
image_pdfimage_print

Al salir de la sinagoga, entró en la casa de Simón. La suegra de Simón tenía mucha fiebre, y le pidieron que hiciera algo por ella. Inclinándose sobre ella, Jesús increpó a la fiebre y esta desapareció. En seguida, ella se levantó y se puso a servirlos.

 

Al atardecer, todos los que tenían enfermos afectados de diversas dolencias se los llevaron, y él, imponiendo las manos sobre cada uno de ellos, los curaba. De muchos salían demonios, gritando: “¡Tú eres el Hijo de Dios!”. Pero él los increpaba y no los dejaba hablar, porque ellos sabían que era el Mesías.

 

Cuando amaneció, Jesús salió y se fue a un lugar desierto. La multitud comenzó a buscarlo y, cuando lo encontraron, querían retenerlo para que no se alejara de ellos. Pero él les dijo: “También a las otras ciudades debo anunciar la Buena Noticia del Reino de Dios, porque para eso he sido enviado”. Y predicaba en las sinagogas de toda la Judea.

 

 

Palabra de Dios

 

 

 

 

 


P. David Pintos sacerdote de la Iglesia San Lorenzo de Coronel Solá, Diócesis de La Nueva Orán

 

 

 

 

 

 

 

 

Y vemos a un Jesús que anuncia la buena noticia, que se acerca a todos para llevarles la sanación y expulsar el mal de las vidas de ellos, de las personas y de los pueblos. Vemos a un Jesús que no se queda quieto. Vemos a un Jesús que anda por todos lados.

Y la gente del evangelio sabe de la importancia de Jesús en sus vidas, de escuchar sus palabras, que alientan a seguir para adelante, de sus palabras que dan esperanzas. La gente sabe que con la presencia de Jesús la sanación se hace presente y efectiva, porque le hace frente a la enfermedad, la increpa y la hace desaparecer.

La gente sabe que con Jesús el mal se aleja de sus vidas. Y Jesús anda, anda, anda… camina para darnos la buena noticia, la sanación y alejarnos del mal.

Jesús no se queda quieto, hasta que todos reciban su bendición.

Hoy lo podemos imaginar a Jesús, hoy te lo podes imaginar a Jesús cerca tuyo, porque seguramente necesitas de él, todos necesitamos de Jesús y él está porque nos busca, él está porque te buscó.

Cerremos a los ojos y sentilo cerca tuyo, cerca de tu vida y de tu corazón, experimenta su cercanía, sus caricias, su bendición que llena el alma, experimenta su misericordia.

Jesús no va a descansar, hasta encontrarte, hasta encontrarse con vos, para darte todo su amor y bendición.

Hoy en el evangelio meditemos como Jesús anda por todos lados, sin estar quietos, con el fin de llevar la buena noticia y su bendición a todos. A ese Jesús que se acerca a tu vida, para darte su amor, de tal manera que cuando recibas y experimentes la cercanía, la sanación y la salvación, te levantes inmediatamente de donde estas y que con mucha alegría te pongas a servir poniendo todo lo mejor en lo que haces.

Así por medio de la alegría, que uno experimenta cuando uno está cerca de Jesús, todos se enteren que Jesús está caminando y anda por todos lados llevando su Gracia y Misericordia a todos nosotros.

Que tengan una buena jornada. Bendecida

Y de paso les pido que hagan una oración, por todos los devotos de San Ramón Nonato, que el día de hoy celebramos a este santo.

Que dios los bendiga.

 

 

Radio Maria Argentina