Evangelio según San Mateo 4,18-22

martes, 29 de noviembre de
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Mientras caminaba a orillas del mar de Galilea, Jesús vio a dos hermanos: a Simón, llamado Pedro, y a su hermano Andrés, que echaban las redes al mar porque eran pescadores. Entonces les dijo: “Síganme, y yo los haré pescadores de hombres”. Inmediatamente, ellos dejaron las redes y lo siguieron.

 

Continuando su camino, vio a otros dos hermanos: a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca con Zebedeo, su padre, arreglando las redes; y Jesús los llamó. Inmediatamente, ellos dejaron la barca y a su padre, y lo siguieron.

 

Palabra de Dios

 

 

 

 


 

P. David Pintos

 

 

 

 

En el marco del día de San Andrés Apóstol. La liturgia de la Iglesia nos invita reflexionar sobre este Evangelio donde Jesús llama a sus primeros discípulos de los cuales se encontraba Andrés.

 

El hermano de Simón Pedro, el primer Papa. Simples pescadores, simples personas, sin nada en ellos que llame la atención. A esas personas sencillas el Evangelio nos dice que Jesús caminando sobre el lugar donde trabajaban, los vio y los llamo. Jesús se anima en ir y caminar en los lugares donde pertenecemos.

 

Al igual que camino sobre el espacio donde se encontraban los primeros apóstoles hoy Jesús también camina sobre el espacio donde nos encontramos. Y en ese lugar donde desarrollan su trabajo Jesús ve, Jesús mira. Jesús vio a sus primeros seguidores. ¿Que habrá dicho? ¿Que habrá pensado? Porque antes de llamarlos Jesús ya tenía bien clarito el proyecto, el sueño, la misión que les iba a confiar. Jesús mirando a sus primeros discípulos confió plenamente en ellos.

 

Al igual que a sus primeros discípulos, antes de llamarnos, Jesús nos vio, Jesús se fijó en cada uno de nosotros confiando y soñando. Luego de ir al lugar y haber observado atentamente Jesús pronuncia la palabra “SIGUEME”. Nos imaginemos como habría sido el momento cuando Jesús habla a sus discípulos. Nos imaginemos como fue pronunciada. Y Jesús dijo “SIGUEME”. Y Jesús dice “SIGUEME”. Es tan fuerte esa palabra que los que la escucharon no dudaron en responderle inmediatamente y dejarlo todo por él. En dejar todo por seguirle.

 

Nosotros también al escuchar la palabra “SIGUEME” no dudemos y lo dejemos realmente todo por él. En este día, ya casi al final del año, donde celebramos a San Andrés Apóstol. Luego de haber vivido un intenso año de seguimiento, de discipulado, de servicio… sería bueno que nos metamos en el Evangelio y renovemos una vez más nuestro seguimiento a Jesús, el sentido de nuestras vidas. Que una vez más lo dejemos todo por él y lo sigamos inmediatamente en su camino.

 

Hoy es un día entonces para renovar nuestro discipulado. Confiando en que Jesús antes ya camino en el lugar donde nos encontramos, ya antes nos vio y confió en nosotros. Y que soñando y confiando en nosotros nos llamó diciéndonos “SIGUEME”. Que San Andrés, junto a todos los apóstoles y santos, nos ayuden a ser fieles en seguir siempre con toda nuestra vida a Jesús. Amen. Que tengan una bendecida jornada.

 

Radio Maria Argentina