Después de la partida de los magos, el Angel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: “Levántate, toma al niño y a su madre, huye a Egipto y permanece allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo”. José se levantó, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto.
Allí permaneció hasta la muerte de Herodes, para que se cumpliera lo que el Señor había anunciado por medio del Profeta: Desde Egipto llamé a mi hijo.Cuando murió Herodes, el Angel del Señor se apareció en sueños a José, que estaba en Egipto, y le dijo: “Levántate, toma al niño y a su madre, y regresa a la tierra de Israel, porque han muerto los que atentaban contra la vida del niño”.
José se levantó, tomó al niño y a su madre, y entró en la tierra de Israel. Pero al saber que Arquelao reinaba en Judea, en lugar de su padre Herodes, tuvo miedo de ir allí y, advertido en sueños, se retiró a la región de Galilea, donde se estableció en una ciudad llamada Nazaret. Así se cumplió lo que había sido anunciado por los profetas: Será llamado Nazareno.
Palabra de Dios
P. Nicolas Retes sacerdote de la Arquidiócesis de Buenos Aires. Colabora en el equipo de Pastoral Vocacional de Buenos Aires y en la Universidad Católica Argentina
Queridos amigos de oleada joven compartimos hoy la fiesta de la sagrada familia de Jesús, María y José, vale decir, la Sagrada Familia. Hoy viernes 30 dentro de la octaba de navidad la liturgia de la iglesia nos presenta a José valiente que escuchando la voz de Dios, la voz del ángel se anima a rescatar al niño y a su esposa, a María, y llevarlos a un lugar más seguro, ya que las circunstancias que lo rodeaban no eran para nada agradables, cuántas familias aún hoy en el 2016 padecen estos males, tener que emigrar, exiliarse, cambiarse a otro lugar porque las condiciones no son de lo mejor.
Seguramente viene a nuestro corazón, a nuestra mente la situación que viven muchas familias en Siria debido a acontecimientos conocidos por todos.
Elevemos nuestras plegarias, nuestras súplicas, nuestro corazón al Buen Dios pidiendo por cada familia que padece estas necesidades, que ha sido desplazada de su tierra, pidamos por supuesto ya más cercanamente por nuestras familias, la que Dios nos ha confiado y de las cuales formamos parte.
Seamos agradecidos por lo que Dios nos ha regalado y no dejemos nunca de defender a la familia como un regalo de Dios, como un don, como una verdadera institución, ella sin duda es la cuna de todas las vocaciones.