¿Te imaginas una sociedad donde sea visto común que una persona por ser diferente sea tratada como un ser inferior? Ya sea por su raza, religión o estatus. Pues esta realidad no se encuentra muy lejos.
Esta película narra la vida de un grupo de personas del estado de Mississippi en los años 60, donde negros y blancos no tenían los mismos derechos, los primeros eran considerados inferiores, debían trabajar para los blancos y no podían ni siquiera usar el mismo baño o mezclar su vajilla con la de sus patrones. Para estas personas era imposible soñar con otra vida que no fuese la misma que la de sus ancestros, dedicadas a servir a sus patrones blancos.
La llegada de la joven Skeeter (Emma Stone) quien regresa de la universidad decidida a convertirse en escritora, altera la vida de la ciudad e incluso la de sus amigos porque se ha propuesto entrevistar a las mujeres negras que se han pasado la vida al servicio de las grandes familias sufriendo toda forma de discriminación, así es que conoce a Aibileen y Minny dos mujeres negras con las que mantendrá una estrecha relación y pronto se verán unidas luchando por tratar de liberarse de las ataduras de la época, la ciudad y los prejuicios de sus habitantes.
La lucha por la igualdad de derechos fue muy fuerte en aquellos años, pero aunque nos parezca lejano o difícil de comprender hoy en día muchos hermanos en el mundo aún sufren la discriminación y el flagelo por ser diferentes, incluso en aquellos países donde se establecieron derechos y está prohibido ese tipo de tratos la mayoría de las personas sigue teniendo problemas para convivir en la diversidad cultural.
“Quiero escribir del punto de vista de las criadas. Estas mujeres de color crían niños blancos, y en 20 años, esos niños se vuelven sus jefes. Las queremos y nos quieren pero no pueden usar el baño de mi casa ¿No le parece irónico?”
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