¡Oh! buen Jesús, que noble y sensitivo
Poblaste de raíces mi alma secaY has sido para mí cual nueva meta,Futuro y mi sostén definitivo
Libremente, has querido ser mi amigoRefrescando mi alma cuando entecaAnhelaba un consuelo y no una muecaConsolándome atento y efusivo.
¡Que tesoro tan rico he adquirido!¡Que suave consuelo proporcionas!¡Que alegre compartir, que amable abrigo!
Tu gracia, tu poder y tu ternuraSon mi solio de honor y techo amigoQue me llena de paz y de ternura.
Rafael Marañón Barrio