En tus entrañas de amor me gestaste muy dentrohablándome al oído y escuchando mi silencio.Diciendo que esperabas junto a mi Padre tiernoy que el mundo al que llegaba, podía ser más bueno.
Que así lo sería si prendido a tu pechono olvidaba nunca de compartir mi alimento;si agarrado a tu mano conservaba hasta viejo,que solo no podría levantarme del suelo;si alzado en tus brazos, veía aún más lejos,que ser así amado era todo mi crédito.
¡Qué grande, Madre, tu misterio!para llevar con amor el peso de mi cuerpoy el del ingrato gestocon que a veces vuelvoa recibir lo que soy…sin darte siquiera el vuelto.
Javier Albisu