Siempre queremos avanzar,queremos crecer,
queremos dar pasos hacia delante
¡y que bueno es! pero a veces no
tenemos presente que ello muchas
veces implica caminar más despacio,
aflojar el reloj de nuestros parámetros,
vaciarnos de egoísmos ¡y no llegar primero!
sino esperar al hermano con amor paciente y
¡no porque yo ni vos seamos más, ni él sea menos!
sino porque él es nuestra llegada, porque es en éste
encuentro donde desembocan los latidos de Dios
y el sentido de nuestros pasos.
Luz Huríe