La muerte es de esos acontecimientos que no pueden describirse con palabras. Es un hecho que nos inmoviliza. Que nos saca de cualquier contexto.
Hoy,recordamos a Jesús en la cruz, con los brazos abiertos,con su humanidad entregada, con sus ojos llenos de dolor.
Hoy,me quedo a los pies de esa cruz,con la mirada baja. Amando en silencio. Lo abrazo. Lo acompaño. Agradezco por su amor. Hago silencio. Me reputo una y otra vez que me amó hasta el fin. Y por sobre todo, espero la resurrección.
Porque la muerte de Jesús es un hecho que nos atraviesa, pero su resurrección,nos reaviva.