Reclinado sobre tu pecho, late con fuerza mi corazón. La noche ya no es más triste, tus latidos la han vuelto canción.
Hablas encendido de fuego. Oras en la mesa con pasión. Arde tu corazón enamorado, y perdonas en silencio mi traición.
Lágrimas caen en tu interior; llenan mis vacíos con tu amor. Lloran tus moradas divinas, y mojan como el rocío mi razón.
Partes el pan ante mis ojos. Rozas con el vino mis labios. Hazme de tu cuerpo celoso. Lava con tu sangre mis pecados.
¡Abraza mi cruz Cristo, amigo! Transforma mi vida en tu altar. Dame tus entrañas de pasión, y cúbreme en esta cena con tu amor.