Así nos ama. Así nos necesita

sábado, 1 de junio de
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El hoy, la realidad, necesitan de una juventud vibrante, viva.

No se puede pensar que haya jóvenes pasivos, adormecidos por el egoísmo y la frialdad.

Es necesario que los jóvenes griten, se pronuncien con aliento de alegría por una vocación, con palabras de compadecimiento por los otros, con mirada de esperanza entre miles de infortunios. Sin producir críticas envidiosas ni destructivas. Tampoco repitiendo los fracasos de la historia.

Somos el presente ligado a la gran sabiduría de los tiempos pasados. Tenemos la valentía de elaborar y tejer un futuro más humano y significativo.

El Señor nos exhorta hoy a vivir una fe encarnada en el amor. Fe donde el corazón arde de caridad por el fuego del Espíritu. Fe capaz de pisar el barro de la indiferencia y la exclusión. Fe que penetra en lo hondo del Evangelio y lo vuelve vida, corriendo el riesgo.

Cristo necesita nuestras manos y brazos para acoger, nuestros ojos ladinos, nuestras mente astuta.

Jesús encauza nuestra inquietud y la hace dar vida, amor. Mueve nuestro corazón para perseguir la felicidad y construir la paz.

Desde nuestra fragilidad el Señor se pronuncia. Desde nuestra debilidad ofrecida en la oración, todo se transforma.

Así nos dice: “Yo hago nueva todas las cosas”

Somos barro y fuego.

Así nos ama. Así nos necesita.

¡Vivos nos quiere!