Ayúdame Señor a morir a mis egoísmos, a mis malos tratos, a mi pereza, a mis prejuicios, a mis malos pensamientos, a mi falta de disposición al servicio de los demás.
Ayúdame Señor a transformar mi corazón, para que se parezca un poquitito aunque sea al tuyo, para que esté dispuesta a amar en cada situación y a cada persona
Ayúdame Señor a verte en lo cotidiano, en el necesitado de ayuda, en el que piensa distinto a mi, en las personas con las que no me llevo tan bien.
Ayúdame a dejar de poner barreras y a lanzarme con toda la confianza a la aventura de tu amor.
Ayúdame también, a ser portador de buenas nuevas, de esperanza, de tu amor infinito para todos.
Ayúdame a que en mi paso por el mundo, deje una huella humilde y silenciosa, pero llena de vos trayendo luz a las oscuridades.
Ayúdame, Señor.
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Al atardecer de ese mismo día, el primero de la semana, estando cerradas las puertas del lugar donde se encontraban…
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