Cafayate: «Un misionero se cansa cuando no camina»

jueves, 23 de enero de
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Del 13 al 19 de enero en la Prelatura de Cafayate, los grupos juveniles misioneros «Jóvenes Agustinos Misioneros» de la parroquia de Cafayate y «Misioneros de Jesús» de la parroquia de Molinos, estuvieron de misión visitando 4 comunidades serranas de la parroquia de Molinos (Salta): Gualfín, Tacuil, Amaicha y Colomé.

Para muchos chicos fue la primera experiencia de salir a visitar las familias, rezar juntos, alimentar la fe y compartir un mate. Para otros chicos, fue renovar la respuesta al envío misionero que nos hace el Señor.

Juventud generosa, audaz, valiente que compartió su tiempo dejando de lado el wasapeo y las redes sociales, y se dispuso al encuentro cara a cara. Fueron días maravillosos para compartir la vivencia de fe con esas comunidades.

“Cada día aprendí algo nuevo”

Mí nombre es Nelson Maximiliano Sarapura tengo 23 años soy de Cafayate, tuve la suerte de misionar en Gualfin – Molinos, estuve con un grupo de 5 misioneros, 3 chicos de Molinos y 1 de Cafayate y el padre Julio, párroco de Molinos.

Fue una experiencia muy linda el compartir con las familias de la comunidad, fuimos a visitar a las familias en sus casas, fueron largas horas de caminatas, donde para no sentir el cansancio íbamos charlando, haciéndonos burlas, riendonos, pero con el objetivo de llegar a las casas y poder compartir un momento de oración con las familias.

Tuvimos misa todo los días con las familias de la comunidad; un día nos juntamos con los niños y jóvenes a jugar y luego compartimos una chocalatada con los niños, jóvenes y sus padres.

También pude dar catequesis a los jóvenes que iban a tomar su primera comunión. Esto fue muy lindo para mí por que fue la primera vez que doy catequesis, dónde les pude compartir un poco sobre Dios y la vida de Jesús, también tuvimos bautismo, dimos cursillos para los padrinos y padres.

El viernes tuvimos la misa dónde hubo comunión y bautismo, después de la misa las familias prepararon el almuerzo y se pusieron de acuerdo sobre lo que iban a preparar cada familia. Por la tarde salimos a visitar la última casa donde un niño fue quien nos guió.

El sábado fue el ultimo día de misión dónde concluimos con la celebracion de la palabra y sacamos al patrono San Ramon en una pequeña procesión, dónde también las familias se pusieron de acuerdo para el almuerzo. Está experiencia me hizo crecer muchísimo en mí fe, y cada día aprendí algo nuevo.