Te veo hambriento de sentido
sediento de amor
te vi forastero en vínculos dañinos
te vi sin hogar que acoja tu profundidad
Te vi desnudo de estima personal
te vi preso de impulsos por comprar
que jamás alcanzan a llenar
tu sed de algo más
Te vi herido con una coraza
difícil de desarmar
¿te podré abrazar?
Te vi solo,
¿me sabré acercar?
Vi en tus ojos tu anhelo de amar
Te vi apedrear a otros
por heridas sin sanar
¿podré ayudarte a curar?
Te vi Cristo de los mil rostros,
me vuelves a interpelar
Si Tú me lo permites
si me muestras el modo
si guías mis pasos,
usas mis manos
e inspiras mi hablar
hasta al más pequeño
he de amar.
Si al mirarme Te ven,
si al amarlos Te encuentran
la historia cobra sentido una vez más
Cristo vive y nos llama a amar.