Entrar por la puerta estrecha
donde no cabe a cuestas
el miedo o la culpa ponzoñosa.
Entrar última y descalza,
entrar a tu casa y verte,
dejarme cautivar por tu entrega,
contemplarte hecho gesto y pan.
Bailar en tu Presencia,
dentro no hay prisa
porque no hay tiempo.
Cada día dejar fuera lo que pesa
y descubrir una vez más
como del otro lado me esperás…
Amor hecho alegría, esperanza y paz.