¿Quién es más libre?
¿Quién está casado 40 años con la misma mujer o quién tiene 40 mujeres en un año? ¿Quién toma hasta perder la conciencia de sus actos y sus modos o quien elige ponerse límites? ¿Quién necesita cada vez más o quién aprende a necesitar menos? ¿Quién por hacer lo que quiere daña a otros o quien aprende, movido por el amor, a educar sus emociones y sus modos? ¿El que se arriesga, lo intenta y fracasa o quien jamás sale de su comodidad y no arriesga su metro cuadrado de seguridad? ¿Quién ama más en libertad? ¿El que se da más allá de las respuestas, en total gratuidad y a pesar del posible dolor que esto le pueda causar o quien hace del amor matemáticas y siempre busca que se le reconozca más y se le responda en igual o mayor medida?
¿El que asume sus miedos y va más allá de ellos o quien por no nombrarlos se la pasa huyendo y enmascarándolos? ¿El que pide perdón y perdona o el que tiene razón? ¿El que busca y a veces duda o el que nunca se atreve a preguntarse? ¿El que tiene la vida de novela o famoso de insta o quien se encuentra con lo más hondo y auténtico de la existencia cada día?
¿Quién es más libre? ¿Quién tiene más opciones o quién sabe elegir?
El más libre, Señor, es el que opta por lo más humano, por lo más auténtico del amor.
El que elige amar es el más libre, Señor.