Es tan simple que decidió quedarse en un pedacito de pan, ese mismo que ves en la foto o que quizá recibiste en la primera comunión.
Ese mismo Dios… “no se corta solo”, se queda a partir de la ultima cena. Desde el momento que Jesús parte el pan y pide «Hagan esto en memoria mía».
Es decir, Jesús no vino a la tierra y dijo: «Bueno ya está… hasta acá los pude acompañar amigo/as, ahora arreglensenlas». ¡No, para nada! Él prometió quedarse hasta el final de los días con nosotros.
Así como está en el pan consagrado, está en ese abrazo que ayer no diste, en esa sonrisa que te guardaste, en ese atardecer que te perdiste, en ese aroma a tierra mojada que no sentiste, en ese niño que paso vendiendo unas medias y lo pasaste de largo, en esa persona que te cruzaste y su mirada te gritaba… “ACA ESTOY” y no quisiste ver…
DIOS ES MAS SIMPLE DE LO QUE CREEMOS… A veces nosotros nos complicamos con relacionar a Dios con un montón de mandamientos y deberes por cumplir pero… Dios es simple y está en lo simple.
“Desde siempre y para siempre”… decía una conocida canción de los Manseros Santiagueños. Esta nos puede recordar que: también Dios a lo largo de la historia y de tu historia, estuvo, está y estará. Pero…¿Lo noté? ¿Lo vi a mi lado?
«Señor, te pido que pueda encontrarte en las cosas simples de mi vida y que esta vez no vuelva a pasar de largo a tu presencia”