01/02/2019 – Julián Barzola es de Paraná y este año participó del “Manos a la obra”. A la vuelta, nos compartió su reflexión.
Les quiero contar que días pasados, estuve participando del proyecto solidario, “Manos a la obra” una obra iniciada desde el 2011 por la Pastoral Universitaria de Rosario (PUR) que convoca a jóvenes universitarios y algunos profesionales ya recibidos . Yo inicié en el 2015, invitados por un grupo de amigos. La verdad que no podía creer que con tan poco, se puede cambiar la vida de la gente. Son cinco días intensos donde la alegría no falta y el servicio es la actitud. Una vez que inicié el “Manos ” me atrapó, y en realidad mi vida también cambió en #modoMO, mis manos no estaban pensadas para estar relajado y dejando que todo pase, sino que era el momento de cambiar. Es cierto, muchas veces por el desgano y el desánimo de que “nada va a cambiar” y “todo sigue igual”, nos quedamos paralizados y nuestras manos se atrofian para no darnos a los demás. Cuando tengas esa sensación no pienses en “Yo no le hago falta a nadie”, sino más bien “yo le hago falta a mucha gente” . Hay que pedir a Dios que nos de “manos libres”, manos capaces de dar un abrazo, capaces de perdonar, manos que ayuden a otro a seguir adelante y dar esperanza, manos que puedan levantar a otros a no permanecer caídos y otras que puedan consolar y aliviar el trago amargo del dolor. Vivir en modo ” Manos a la obra” significa esto, con una continua actitud despierta por el otro en tu trabajo, en tu familia, en tu facultad, o donde estén tus manos hoy. En el Manos a la Obra, se aprende simplemente a amar al otro sin prejuicios con la mirada de los ojos del alma, que abraza la vida como venga. Amar al prójimo en cambio, no admite fachadas. Se le ama o no se le ama. Se le sirve o se le utiliza. Se demuestra con obras o es sólo una palabra bonita. Se ama con las manos. Y todo lo demás es literatura. Pedile a Dios en este año, te dé la gracia de poner las manos en el lugar que el quiera y poder así renovar tu historia y la historia de la humanidad. ¿Se lo pedimos? ¿Dónde queres que ponga mis manos hoy Señor?
Les quiero contar que días pasados, estuve participando del proyecto solidario, “Manos a la obra” una obra iniciada desde el 2011 por la Pastoral Universitaria de Rosario (PUR) que convoca a jóvenes universitarios y algunos profesionales ya recibidos . Yo inicié en el 2015, invitados por un grupo de amigos. La verdad que no podía creer que con tan poco, se puede cambiar la vida de la gente.
Son cinco días intensos donde la alegría no falta y el servicio es la actitud. Una vez que inicié el “Manos ” me atrapó, y en realidad mi vida también cambió en #modoMO, mis manos no estaban pensadas para estar relajado y dejando que todo pase, sino que era el momento de cambiar. Es cierto, muchas veces por el desgano y el desánimo de que “nada va a cambiar” y “todo sigue igual”, nos quedamos paralizados y nuestras manos se atrofian para no darnos a los demás. Cuando tengas esa sensación no pienses en “Yo no le hago falta a nadie”, sino más bien “yo le hago falta a mucha gente” . Hay que pedir a Dios que nos de “manos libres”, manos capaces de dar un abrazo, capaces de perdonar, manos que ayuden a otro a seguir adelante y dar esperanza, manos que puedan levantar a otros a no permanecer caídos y otras que puedan consolar y aliviar el trago amargo del dolor.
Vivir en modo ” Manos a la obra” significa esto, con una continua actitud despierta por el otro en tu trabajo, en tu familia, en tu facultad, o donde estén tus manos hoy. En el Manos a la Obra, se aprende simplemente a amar al otro sin prejuicios con la mirada de los ojos del alma, que abraza la vida como venga. Amar al prójimo en cambio, no admite fachadas. Se le ama o no se le ama. Se le sirve o se le utiliza. Se demuestra con obras o es sólo una palabra bonita. Se ama con las manos. Y todo lo demás es literatura.
Pedile a Dios en este año, te dé la gracia de poner las manos en el lugar que el quiera y poder así renovar tu historia y la historia de la humanidad. ¿Se lo pedimos? ¿Dónde queres que ponga mis manos hoy Señor?