Hacer apostolado con los libros

martes, 18 de junio de

Magda es Tucumana, licenciada en Trabajo Social y amante de los libros. Nunca se imaginó que una pregunta a través de una red social desembocaría en un apostolado. Hoy nos cuenta su historia y su modo de evangelizar a través de los libros. Porque cuando amamos algo, naturalmente se nos nota en la cara y no podemos esperar a que todos conozcan nuestra alegría.

 

“Que te conozcan”

Conoci al P. Salvador Fornieles, hace 4 años a través de Facebook, donde un día estando conectada a la red me di con sus libros. El vive en Rosario provincia de Santa Fe por lo que me decidí a escribirle preguntándole cómo conseguir sus libros. Le pregunté y fue así como me puse en contacto con la persona que en ese momento los estaba vendiendo en Tucumán y fue el disparador para ofrecerle al Padre poder hacer apostolado con sus libros participando en instancias de ferias, de eventos en parroquias, ofrecerlos a la salida de misa, en el trabajo, a mis amigos, a mi flia, en donde el que se me acerca pueda descubrir que hay un Dios escondido en cada página que quiere ser anunciado, además de la importancia de la lectura espiritual, y de que los lectores tengan material para la oración, complementar la lectura diaria del evangelio a través de una buena lectura espiritual, como así también que la lectura espiritual lleve a querer compartir con los demás, familiares, amigos, etc.

Yo soy Trabajadora Social y fue todo un desafío para mi. De lo que más me impresiono de todo ésto es que personas que me conocían poco o nada se interesaron en los libros y cómo casi de manera espontánea surge la charla sobre nuestras vidas de fe, descubriendo así que este apostolado es también señal de amistad, que es compartir con los que me encuentro cada día. Y cómo cambia todo cuando uno a lo cotidiano le da esa dimensión sobrenatural. Nunca me imaginé que de aquella pregunta ¿ como hago para conseguir sus libros? se iba a convertir en apostolado para mí y así cada libro que ofrezco es para mi ofrecerle al otro conocerlo a Jesús, al gran amigo.

Magdalena Tuero