Cada día me iré preparando para que esta Navidad me nazcas tú.
Que me nazcas cuando miro y cuando río, que nazcas tú en cada llanto que me libera.
Nacerás en cada batalla librada y por tu gracia, ganada.
Nacerás entre dolor y gozo. Te haré espacio.
Nacerás en el pesebre de mi fragilidad. Te haré sitio.
Adornaré con esperanzas y sueños y memorias del amor vivido la cuna que te acogerá.
Esperaré, a veces confiada y otras en tinieblas.
Esperaré a que tú vengas.
Y tú vendrás a llenar de Vida el silencio
y me enseñarás a amarte, y miraré enternecida tu fragilidad (y la mía).
Acunaré tu costado más frágil.
Te cantaré risas y otras veces, te cantaré mis miedos.
Bastará mirarte para volver a sonreír.
Me harás fuerte para amarte.
Me enseñarás el modo a través de signos que aprenderé a descifrar.
Día tras día iremos haciendo nuestra historia al andar.
Nacerás si sé esperar.