No perder las esperanzas

lunes, 10 de junio de
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Que no bajemos nunca los brazos, aunque pareciera ser que maten la esperanza.
Que sigamos creyendo, a pesar de que a la fe la transformen en una feria de facilidades y conveniencias.
Que sigamos amando, a pesar de que al amor lo vistan de elegancia encubriendo la metira, y a pesar de que lo guarden en un rincón oscuro de la casa.

Que reflexionemos, a pesar de que a la mente nos la traten de manipular con un millón de novedades.
Que contemplemos a pesar de que nos limiten y oscurescan la mirada.
Que jamás callemos ante la injusticia, que no nos permitamos que la corrupción se nos vuelva algo normal.
Que a pesar de los fracasos y caídas por la verdad, sigamos caminando y buscando allí donde ya nadie se atreve, allí donde todos temen llegar.

Que sigamos rezando, a pesar de que a Dios no lo encontremos, y hayamos perdido su experiencia.
Que siempre nos atrevamos a encontrarle a todo una razón, un sentido.
Que la guerra sea la última e inconcebible opción.
Que la paz sea nuestra aspiración y construcción.