¡No tengan miedo!: Francisco a los jóvenes del mundo

jueves, 17 de enero de

17/01/2019 – El Papa Francisco publicó el año pasado su mensaje para el Domingo de Ramos, día mundial de la Juventud.  Fue un paso más en el proceso de preparación a la JMJ de Panamá en el 2019.

Para simplificar, tomamos el resumen preparado por los chicos de Arguments. 

 

«No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios» (Lc 1,30)

 

1. ¿Cuál es el lema de este año? (1018):

”No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios” (Lc 1,30). Se trata de escuchar con María la voz de Dios que infunde valor y da la gracia necesaria para responder a su llamada.

2. No temas:

Es frecuente que ante la presencia de Dios el hombre se turbe. Al contemplar el abismo entre la omnipotencia divina y la poquedad de nuestra vida surge el miedo.

”Dios también lee en nuestro corazón. Él conoce bien los desafíos que tenemos que afrontar en la vida, especialmente cuando nos encontramos ante las decisiones fundamentales de las que depende lo que seremos y lo que haremos en este mundo”.

2.1) ¿Cuáles son tus miedos?:

”Y ustedes jóvenes, ¿qué miedos tienen? ¿Qué es lo que más los preocupa en el fondo?”, nos pregunta Francisco. Y él mismo responde las causas:

El miedo a no ser amados. Lleva a mostrarse distinto a lo que se es hasta convertirse en un ”fake”.

La obsesión por recibir ”me gusta”, que produce incertidumbre y tensión.

Miedo a quedarse solos.

El temor a no conseguir un buen trabajo y cumplir sus sueños.

2.2) ¿Y tus dudas?:

Es frecuente que asalten dudas en relación a nuestra felicidad, seguridad, fidelidad, etc.

¿Seré feliz haciendo lo que Dios me pide?

¿Seguro que podré?

¿No me pedirá demasiado?

¿Perseveraré hasta el final?

¿Perderé el entusiasmo?

2.3) ¿Cómo superarlos? Francisco te da cuatro claves:

Discernimiento:  En los momentos en que las dudas y los miedos inundan nuestros corazones, resulta imprescindible el discernimiento. Nos permite poner orden en nuestros pensamientos y sentimientos, para actuar de manera prudente. Para ello, primero hay que identificarlos con claridad, ponerles nombre. ”Preguntense: hoy, en mi situación concreta, ¿qué es lo que me angustia, qué es lo que más temo? ¿Qué es lo que me bloquea y me impide avanzar? ¿Por qué no tengo el valor para tomar las decisiones importantes que debo tomar? No tengan miedo de mirar con sinceridad sus miedos, reconocerlos con realismo y afrontarlos”. Se trata pues de poner nombre a los miedos, aceptarlos y afrontarlos.

Abandono: el miedo nunca debe tener la última palabra. Ha de ser una ocasión para realizar un acto de fe. Dios siempre permite lo mejor para mí. Huir de encerrarnos en nosotros mismos. ”En las Sagradas Escrituras encontramos 365 veces la expresión «no temas», con todas sus variaciones. Como si quisiera decir que todos los días del año el Señor nos quiere libres del temor”.

Oración: abrirse a Dios. La vocación es una llamada de Dios. Por tanto, debemos abrirnos a El, al que llama. Necesitamos el silencio de la oración para escuchar la voz de Dios que resuena en la conciencia.

Consejo: hablar y dialogar con otras personas más experimentadas para que nos ayuden. Es necesario que dejemos espacio  para crecer, soñar, mirar nuevos horizontes con otros.

3.  Dios nos llama por nuestro nombre:

Poner nombres es propio de Dios. En la creación Él llama a la existencia a cada criatura por su nombre. Detrás del nombre hay una identidad, algo que es único en cada cosa, en cada persona, y que sólo Dios conoce en profundidad.

”Cuando Dios llama por el nombre a una persona, le revela al mismo tiempo su vocación, su proyecto de santidad y de bien, por el que esa persona llegará a ser alguien único y un don para los demás”.

”Queridos jóvenes: Ser llamados por nuestro nombre es, por lo tanto, signo de la gran dignidad que tenemos a los ojos de Dios, de su predilección por nosotros. Y Dios llama a cada uno de ustedes por su nombre. Ustedes son el «tú» de Dios, preciosos a sus ojos, dignos de estima y amados. Acojan con alegría este diálogo que Dios les propone, esta llamada que él les dirige llamándolos por su nombre”.

 

4. Nos da su gracia:

El camino de la vocación no está libre de cruces, pero Dios no deja de ayudarnos en cada momento.

”Nuestra vida no es pura casualidad ni mera lucha por sobrevivir, sino que cada uno de nosotros es una historia amada por Dios”.

 

5. Valentía en el presente:

La fuerza para tener valor en el presente nos viene de la convicción de que la gracia de Dios está con nosotros; en que nos ayuda a llevar adelante lo que Dios nos pide aquí y ahora.

”Cuando nos abrimos a la gracia de Dios, lo imposible se convierte en realidad. «Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros?» (Rm 8,31). Ustedes, jóvenes, tienen necesidad de sentir que alguien confía realmente en ustedes. Sepan que el Papa confía en ustedes, que la Iglesia confía en ustedes”.

”Y ustedes, ¡confíen en la Iglesia!. A María, joven, se le confió una tarea importante, precisamente porque era joven. Ustedes, jóvenes, tienen fuerza, atraviesan una fase de la vida en la que sin duda no faltan las energías. Usen esa fuerza y esas energías para mejorar el mundo, empezando por la realidad más cercana a ustedes. Deseo que en la Iglesia se les confíen responsabilidades importantes, que se tenga la valentía de darles espacio; y ustedes, prepárense para asumir esta responsabilidad”.

6. Con la mirada en la Virgen:

Francisco concluye aconsejándonos que contemplemos el amor de María: ”un amor atento, dinámico, concreto. Un amor lleno de audacia y completamente proyectado hacia el don de sí misma”.

 

7. Un desafío por delante: nuestra respuesta

”Queridos jóvenes: el Señor, la Iglesia, el mundo, esperan también su respuesta a esa llamada única que cada uno recibe en esta vida. A medida que se aproxima la JMJ de Panamá, los invito a prepararse para nuestra cita con la alegría y el entusiasmo de quien quiere ser partícipe de una gran aventura. La JMJ es para los valientes, no para jóvenes que sólo buscan comodidad y que retroceden ante las dificultades. ¿Aceptan el desafío?”