Peregrinación al Santuario de Ceferino: “Chimpay se asemejó al Reino de Dios”

jueves, 29 de agosto de
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29/08/2019 – La fiesta del Beato Ceferino Namuncurá moviliza multitudes en el sur de la Argentina. El fin de semana pasado se realizó la 49º peregrinación a Chimpay para celebrar al joven beato mapuche. Leonel Medina participó de los festejos y nos acercó su testimonio.

El pasado 24 de agosto en  Chimpay, un pueblito de aproximadamente 4.00 habitantes en la Provincia de Río Negro, festejamos a modo de peregrinación y de encuentro el cumpleaños de Ceferino Namuncurá.

Allí es donde nació Ceferino, un joven comprometido con la realidad de su pueblo Mapuche, un joven que, movido por el deseo de ser útil a su gente, enfrenta sus miedos y limitaciones para ir a la ciudad a estudiar y así poder transformar esa realidad de opresión que su pueblo, su familia y su sangre vivían. Ceferino estando atento a las señales de Dios, descubrió cuál era su vocación e hizo todo lo que pudo para poder vivirla aun cuando la enfermedad, que luego le costaría la vida, se hizo presente. Fue un joven que luchó hasta con el último aliento, hasta el momento en que se entregó a los brazos de Dios cuando ya había llegado la hora de ese encuentro con el Padre.

Es en recuerdo a este fiel hijo de Dios y hermano de todos, que Chimpay en esta fecha, se convirtió, una vez más, en el centro de la Patagonia por varios días. El pequeño pueblo de Chimpay fue creciendo con el correr de las horas, con la llegada de personas de todas partes de la Argentina. Personas que se convertían en peregrinos debido al largo camino que emprendían para poder encontrarse con Ceferino. Algunos peregrinos llegaban en bicicleta, otros en autos o colectivos y otros caminando o cabalgando; personas humildes y sencillas, de manos lastimadas de tanto trabajo, con una fe inmensa en este Beato que los acerca más y más a Dios. Rostros y cuerpos cansados, de tanto peregrinar durante el año para poder tocar ese ponchito que lleva puesto la imagen de Ceferino.

Chimpay se asemejó al reino de Dios. Fui testigo de personas que se animaban a compartir su experiencia cercana con Ceferino agradeciendo al Beato estar con vida. Fui testigo de rostros conmocionados al poder estar en su tierra, fue impresionante como mediante este futuro santo, Dios unía a todas las personas, gente de campo y gente de pueblo, gente de ciudad y gente Mapuche, unidos por un mismo padre. Hoy puedo compartir que la experiencia de comunión que viví en Chimpay no la he vivido en ningún otro lado.

Ceferino, es todo esto, y se convirtió en un ejemplo de vida. Recordemos que Ceferino también son hoy aquellos jóvenes humildes que se van de su pueblo a las grandes ciudades para estudiar o trabajar, para construir un futuro mejor tanto para ellos y su familia, esforzándose en lo cotidiano, o que podemos observarlo en aquel padre o aquella madre que lucha día a día para llevarle lo mejor a su familia, a su sangre, una mejor educación para sus hijos y el pan a la mesa, aceptando las dificultades económicas y laborales. O podemos verlo en aquellos abuelos/as que tratan de mantener las raíces siempre presentes queriendo dejar su huella en los suyos. La vida de Ceferino nos invita a la santidad de hacer bien las cosas en lo cotidiano, esforzándonos por nuestra gente y nuestros sueños.

Leonel Medina