Quiero alguien que con su vida me interpele. Creo que antes deseaba algo más cómodo. Anhelaba una persona que ‘encajara’ en mis gustos y actividades, alguien que se me asemejara y que mantuviera la calma en mi vida. No quería que fuera su presencia, ni sus modos, ni su historia fuente de conflicto para mí. Eso quería pero ya no lo quiero.
Ahora quiero encontrarme con un otro y que nuestra diferencia nos haga crecer. Quiero poner en cuestión mis modos, quiero aprender a querer de lleno, vacía de prejuicios. Quiero que el Amor me enseñe a esperar y a confiar.
Quiero risas y carcajadas hasta que nos duela la panza. Quiero que juguemos como niños y que hablemos como adultos. Quiero que nos enseñemos a cuidarnos y querernos en los días grises, en las horas que no brillan. Quiero compartir el silencio. Quiero que compartamos los sueños y el tiempo. Deseo que nos animemos a ser nuestra mejor versión, la que Dios soñó. Quiero que seamos no solo amigos sino compañeros de camino. Quiero que aprendamos a amarnos al modo de quien nos amó primero.
Y porque quiero todo eso, espero.
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