¡Qué admiración siento al descubrirte cercano!
Mi corazón anida una gran emoción cuando puedo contemplar tu rostro escondido en los acontecimientos sencillos de la vida cotidiana.
Es la Gracia de tu Santo Espíritu derramada en los corazones que te buscan y te aman –aun en medio de heridas y pecados-.
¡Cuánta alegría nace en mi interior al descubrirte cercano!
Mi corazón estalla de emoción cuando logro vislumbrar tu rostro oculto en la sonrisa de los niños y en sus abrazos cálidos.
Es la Gracia que tu Santo Espíritu da a los corazones Él ha creado por amor –aun en medio de pérdidas y pecados-.
¡Bendita paz que nace en mi alma al descubrirte cercano!
Mi corazón danza de gozo cuando consigo percibir tu presencia cercana a través de tu Palabra y de personas concretas que me revelan que tu Nombre y Presencia es el de un Dios cercano.
Carolina Lizárraga