Camino hacia el desierto, hacia mi desierto,hacia lo profundo de mi corazón como me invita el evangelio.
Cuando llego,sólo grito y escucho tu grito, Señor.
¿Qué necesitás de mí en este adviento? ¿Qué vas a moldear? ¿Qué vas a hacer nuevo?
Aquí estoy, una vez más, convencida de que tu amor todo lo transforma. Estoy con el oído atento, la mirada fija en Vos y los pies listos para seguir caminando.
Estoy a la espera de tus manos de artesano, que saben moldear mi corazón a la perfección.
Confío en tus formas, en tus planes, en tus caminos, en tu artesanía, Señor.