Cada 13 de septiembre celebramos a San Juan Crisóstomo, doctor de la Iglesia, patrono de predicadores y oradores.
Nació en Antioquía, en el 347. Vivió retirado como monje, hasta que fue ordenado diácono y sacerdote, destacando enseguida por sus dotes oratorias que le han valido el conocido sobrenombre (“crisóstomo” = boca de oro).
Estudió retórica bajo Libanius, el mas famoso orador de su época y en el 374 comenzó una vida de anacoreta en las montañas. En el 386, su mala salud le forzó a regresar a Antioquia. Nombrado patriarca de Constantinopla, puso gran empeño en elevar el nivel moral y espiritual de los fieles.
Su celo pastoral le acarreó una dura persecución contra su persona, hasta acabar muriendo desterrado, en el 407. Tuvo el consuelo de contar siempre con el apoyo del Papa y llevó todas las tribulaciones con gran valentía y fe.