Un 11 de octubre inició el Concilio Vaticano II, convocado por San Juan XXIII y por eso también se fijó este día como su festividad como santo. Angelo Giuseppe Roncalli fue elegido Papa el 28 de octubre de 1958 y tomó el nombre de Juan XXIII. Al momento de su elección se pensó en “un Papa de transición” que permitiera reacomodarse tras el fallecimiento de Pio XII, cuyo Pontificado se vio atravesado por la II Guerra Mundial.
Sin embargo, el Papado de Juan XXIII no fue para nada “de transición”. Luego de sus primeros dos años como Papa, nació en su corazón y se fue acrecentando la idea de llamar a un Concilio. Para la sorpresa de muchos de los cardenales, convocó al Concilio Ecuménico Vaticano II (1962-1965), que marcaría un antes y un después en la historia de la Iglesia. A él se le atribuye la famosa frase de “abramos las puertas y las ventanas de la Iglesia para que entre un aire fresco”. No pude presenciar su culminación ya que falleció el 3 de junio de 1963, dos meses después de haber concluido la encíclica Pacem in Terris. Pablo VI, quien lo sucedió, continuó y llevo a término el Concilio despertando una nueva primavera.
Juan XXIII, fue beatificado por Juan Pablo II, en el Jubileo de 2000. Su día se celebra el 11 de octubre, día de la apertura del Vaticano II. En todo el mundo sin embargo sus palabras cercanas y cálidas a la multitud en Roma le ganaron el apelativo de “el papa bueno”
.Y el 27 de abril de 2014, fue canonizado junto a Juan Pablo II por el Papa Francisco.
La película, “Juan XXIII, el Papa Bueno” narra la historia desde la muerte de Pio XII, las internas Vaticanas, la elección de Angelo Giuseppe Roncalli y los hechos más importantes de sus 4 años de Pontificado. A través de las imágenes nos insertaremos en los sucesos de ese tiempo, pero sobre todo en el corazón de un hombre grande.