30/01/2018 – El Padre Héctor Espósito, siguió en su retiro radial reflexionando sobre las áreas del silencio. Tomando el Evangelio de San Mateo, 6, 25, reflexionó diciendo que “Teniendo esta llave en la mano, que es la llave del silencio, vamos abriendo puertas, la puerta del ambiente, del cuerpo, del afecto, y hoy nos toca compartir abrir la puerta del pensamiento”, indicó.
La persona que medita abre la riqueza más profunda del hombre, la interioridad, expresó el Padre Héctor y nos invitó a un cambio de mentalidad, la metanoia, “Convertirse no es solamente cambiar de ropa, cambiar de dieta, no es solamente cambiar de ambiente, convertirse es cambiar de mente, de mentalidad, de pensamiento, que es la fuerza más grande que el hombre tiene”, agregó.
Nada… esto ocurre cuando llegamos al silencio de pensamiento, es aquí donde el Señor actúa, y él actúa porque lo dejo hacer.
“Recuerdan que dijimos no es ni ser, ni deber ser, es dejar hacer, este es el secreto de la interioridad”.
Cómo cuesta hacer silencio mental, es necesario educar la mente, explica el Padre Héctor. “Y la educación verdadera es siempre ser dueño de las emociones y de las pasiones. Esta educación verdadera es la educación de la mente”.
Dos pasos a seguir nos deja el Padre Espósito para evitar la dispersión mental:
– Por el control de los pensamientos: esto consiste en el esfuerzo de la voluntad, la captación de la inteligencia y la decisión de la libertad.
– Destruir los pensamientos negativos.
“Nos cuesta el silencio mental porque necesitamos desapegarnos, necesitamos cortar, necesitamos terminar con la dispersión mental, con la locura de la casa, con la loca de la casa como decía Santa Teresa de Jesús”.
No crecemos en la vida interior por tantos pensamientos negativos que nos destruyen. La ansiedad, el rencor, el odio, los enojos, las pasiones desordenadas. ¡Basta! Se acabó.
El Padre Héctor nos dice que los pensamientos se reflejan en las expresiones físicas. “El pensamiento modela incluso la fisonomía. Lo que normalmente se piensa tiene una expresión en la cara. La cara es el espejo del alma. Un pensamiento divino la ilumina, un pensamiento malo lo oscurece”, indicó.
“Los pensamientos negativos envenenan la vida, la mente. Los pensamientos de ansiedad, angustia, son fuentes espantosas que destruyen las energías vitales en su misma raíz”. Y agregó “Un pensamiento malo es tres veces malo. En primer lugar daña a quien lo envió, luego a la persona a quien va dirigido y después a toda la creación”.
“Cuando el pensamiento está controlado, crece en esta realización humana, porque me merezco lo mejor, en esta santificación”, indicó el padre Héctor Espósito.
– Si quieres mejorarte cultiva pensamientos puros, divinos.
– Por medio de pensamientos positivos de paz, amor y verdad puedes vencer todos los obstáculos como el miedo, el odio y la maldad.
– Debes purificar la mente para pensar correctamente.
¿Cómo se purifica la mente? Por medio del estudio y por el gusto de la Sagrada Escritura, por el cultivo de las virtudes y por la conversación espiritual.
Concluyó diciendo que “Vos y yo tenemos una idea de Dios, y Dios no es eso, no es una idea, Dios es más que mi idea”.
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