Los sentimientos de Jesús

jueves, 20 de septiembre de 2012
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Verónica La Forgia: A muchos nos han enseñado a esconder lo que sentimos porque, nos decían, era signo de debilidad. Y En Jn 11,35 la Palabra de Dios nos dice que ‘Jesús lloró’, no ocultó sus lágrimas ¿por qué nosotros a veces las escondemos?

 

Hermana Maga Tamayo: Hay muchos elementos que a veces se repiten en muchos de nosotros. Por un lado esa voz interior que nos marcó la educación de ‘tenés que ser fuerte’ por l cual uno trata de no manifestar aquello que le parece muestra debilidad. Otras veces nos han causado heridas en el corazón ya sea experiencias familiares u otro tipo de vivencias, entonces a veces inconscientemente uno por defensa trata de levantar un muro en torno a ese corazón herido. Creo que también a veces no sabemos qué hacer con lo que sentimos: tememos que si los expresamos, se burlen o nos miren con cierta altivez, o miedo de experimentar un cierto desprecio por parte de los demás, como si al manifestar mis lágrimas perdiera algo, y por eso lo reprimimos. Pero eso queda, y hay situaciones que hacen que eso aflore. Si nos sinceramos con nosotros nos damos cuenta de que es porque el corazón está herido.

            Jesús no lo calló, no lo tapó, no lo escondió, sino que manifestó su dolor, manifestó la que le costaba. La Palabra de Dios en repetidos lugares nos habla de sentimientos de Jesús: “Jesús se conmovió interiormente”. Lc 19, 41-44 Jesús llora por su ciudad. La gente lo vio. ¡Qué bueno ver a un Jesús que no trata de esconder, de ocultar, porque nadie le quita lo mas grande que es ser hijo de Dios. Llora delante de sus discípulos, que podrían haber dicho “mira: este que viene a salvarnos, llora. Qué vergüenza! ¡dónde vamos a ir a parar!”. Jesús expresa porque no tiene miedo, cuando El mismo podría haber dicho ‘voy a decepcionar a los míos’

            Si nosotros vamos descubriendo que ante la mirada de Dios yo no dejo de ser quien soy, no tengo miedo. A veces eso nos juega una mala pasada. Se supone que unos papás esperan que su hijo sea fuerte y no llore. Se supone que yo tengo que llevar la voz cantante… Y esas suposiciones muchas veces nos incapacitan para manifestar también el amor que tenemos al otro

 

VLF: En la época de Jesús, ¿existía también este preconcepto de que ‘los hombres no deben llorar’? ¿había muchos prejuicios en que los hombres expresen sus sentimientos?

 

MT: Por supuesto que sí. Era una sociedad muy machista. Hoy yo creo que muchas cosas van cambiando, pero aún estamos amenazados de esa especie de dureza que nos lleva a veces a respuestas automáticas: te preguntan por la calle ¿cómo estás?, y respondemos ‘bien’, pero luego nos escondemos por los rincones para llorar en paz.

            Jesús no es un hombre abatido, derrumbado, que le desborde una situación y se pierda en los sentimientos. Entonces llora por su ciudad por el amor que le tiene y ve esa ciudad que no se abre a Dios. Y Jesús llora por ese montón de personas de la ciudad que no van a poder experimentar lo que significa ser amados, lo que significa tener un corazón reconciliado de un montón de pasados, curado de cosas por las cuales ha sido herido y sigue cargando por muchos momentos. Personas que no van a experimentar lo que es ser feliz. Y eso a Jesús le duele porque es sensible, se deja afectar por la realidad del otro porque ama

            Muchas veces nosotros, precisamente porque nos hemos puesto corazas, no nos dejamos afectar por la realidad, los sufrimientos del otro. Nos quedamos ajenos, como en la parábola del samaritano. Los que pasan y solo ‘ven con los ojos’, pasan. El buen samaritano ‘miró con el corazón, y sintió compasión’. Si yo siempre llevo puesta una coraza, pasaré de largo: diré unos consejitos pero nunca alcanzaré el corazón del otro para amarlo.

 

VLF: ¿cómo hacemos para ablandarnos?

 

MT: Sin juzgar, sin condenar, sin señalar, estar como por encima de mi realidad y pararme frente a Jesús, que es el primero que me puede comprender porque ha sido como yo, de carne y hueso. Entonces, lo primero sería buscar un espacio de silencio, pero no un silencio vacío de compañía sino un silencio cargado de una presencia de Dios que es amor. Hay un versículo de un salmo que dice “derrama, hijo mío, tu corazón ante mi”. Yo hago una diferencia entre decir lo que siento y expresar lo que siento. En el decir está solo fríamente la idea de lo que me está pasando. En el expresar le estoy añadiendo la carga de sentimientos que conlleva eso que llevo por dentro. Saco el enojo. Yo no voy a la oración solamente a decir “Señor, ayúdame a salir de esto”, sino que ‘le lloro’ o ‘le grito’ o ‘me enojo’ de lo que a mi me afectó de lo que me sucedió. Y con Dios puedo ser quien soy, sin importarme las apariencias; manifestarme con todo lo que llevo, porque, como decía Santa Teresa, “estamos con quien sabemos nos ama”. Y también, como dice el salmo “antes que la palabra llegue a mi boca ya Señor lo conoces todo”.

            Si reflexionamos en la parábola del hijo pródigo: el hijo antes de llegar se elaboró todo un sermón, y el Padre no le deja hablar. Intuye y ama, lo abraza. Pero luego yo imagino al Padre con el hijo estando a solas, y con el hijo diciéndole ‘Padre, necesito decirte lo que viví, para que ese abrazo que me diste me lo des con conocimiento de causa’. Nos pasa a menudo que nosotros llevamos toda una historia, una mezcla de sentimientos, y somos como un iceberg: aparece una partecita y hay mucho más de nosotros que no se ve. Entonces, por ejemplo, recibimos un abrazo, y por dentro pensamos ‘si supiera no me abrazaría’. Dios se anticipa y nos abraza, pero somos nosotros los que lo necesitamos poner palabras a lo que sentimos, porque si no tenemos una mezcla de sentimientos con lo que no sabemos qué hacer. Y volviendo a la parábola: el hijo necesita expresarle al padre, y también el padre necesita expresarle al hijo. Dios también necesita decirnos todo lo que hemos sido amados, lo que estamos siendo amados y lo que nos está amando en ese tiempo que quizá nosotros no conocemos.

 

DIOS A LA UNA Daniel Altamirano

Dios, desde la noche de mi ayer, Dios, en el aroma que no hallé,
Dios, en la sonrisa que encontré, Dios, haya en el niño que no fue.

No sé en qué calle, me dirás: ¡buen día!, ¡Ahh… tanto tiempo que no estamos juntos!.
Yo te diré: estoy tan ocupado, últimamente. ¿Y si te arrimas esta noche a casa?,
asi charlamos y cenamos juntos.

Dios, esta noche cenaremos juntos, habrá buen vino y estará en la mesa
lo más querido de mi vida entera y algún recuerdo que golpeó a mi puerta.
Dios, esta noche cenaremos juntos, no tardes tanto que la vida apura
no tiene tiempo y partirá a la una.

Sabes de mí, lo que de ti no supe nunca,
Tal vez no pregunté, o todos me engañaban.
Pero hoy sé que tu nombre me recuerda un milagro
que se ha quedado a obscuras en nuestro corazón.

Dios, no te olvides, la mesa estará puesta con flores, mantel blanco,

 y en la puerta el barullo de los chicos jugando.
Dios, Dios espera, no te olvides, esta noche a la una …

 

VLF: en Getsemaní, los sentimientos de tristeza en Jesús alcanzan una intensidad muy particular, extrema

 

MT: Y nada se improvisa. Jesús lo ha ido viviendo a lo largo de toda la vida. Nos dice la Palabra de Dios: “cayó rostro en tierra, comenzó a sentir tristeza y angustia”. Imaginando la escena vemos a un hombre herido, golpeado, dolido. Incluso se anima a decir a sus discípulos “mi alma está triste a tal punto de morir”. No debemos idealizar, porque es verdad que Jesús es verdadero Dios, pero también es verdadero hombre y como tal vivió ese estar abatido por el sufrimiento. Jesús no reprime para tratar de dar una imagen frente a sus discípulos, sino que se pone delante de ellos y expresa a sus discípulos. Y también expresa a su Padre: “Padre, no quiero este cáliz”. Lo que es verdad, es que cuando El expresa está abierto, porque también expresa su búsqueda sincera: “pero lo que yo quiero es lo que vos querés, lo que mas conviene, lo que se necesita, y que no alcanzo a ver ahora por este dolor que me inunda”. Nosotros en cambio, a veces expresamos pero estamos tan cerrados que no dejamos que Dios nos hable. Nos cuesta transformarnos interiormente para que de verdad salgamos como hace Jesús con ese grito de “levántense” para beber el cáliz que ahora nos toca beber. Muchas veces pasamos por momentos difíciles. Una situación de enfermedad, hemos fallado, un fracaso… y decimos ‘que se haga tu voluntad’ pero sin haber abierto antes el corazón para que El entre, y desde adentro pueda transformar mi voluntad. Porque las ideas no nos cambian la voluntad. La voluntad la cambia el corazón. Yo imagino también un diálogo de Jesús con su padre donde le cuestiona ‘si yo pase por el mundo haciendo el bien ¿por qué tengo que acabar así? Si yo intenté ayudar a los demás ¿por qué los demás quieren acabar conmigo?’ En ese momento no entendía. Y quizá a nosotros también nos pasa eso: estamos confundidos, parece que las circunstancias de afuera no son lo que tendrían que ser, parece que Dios es el que nos está causando ese sufrimiento. Sin embargo en el momento no entendemos, pero después sí podemos comprender si abrimos el corazón. Seguramente en ese diálogo en que Jesús cuestiona al Padre ‘¿por qué quieres mi muerte?’, el Padre le responda ‘Yo no quiero tu muerte. Lo que sí quiero es que ames, y ames hasta el final, cueste lo que cueste, por ellos, para que un día entiendan. Ahora no ves nada, pero estás en mis manos. El amor va a ser más fuerte que la muerte, confía en mi’. Y es eso lo que lo capacita a romper ese miedo, ese sufrimiento, para salir adelante con una fuerza, una libertad y una valentía que nos abruma. ¡Cuántos Getsemaní debiéramos vivir nosotros para que de verdad Dios pueda conquistarnos el corazón de esa manera para que en tantas situaciones de caída podamos hacer esa oración en la cual quebramos ante Dios, le decimos ‘que se haga tu voluntad’, pero ‘partiendo de lo que a mi me está costando’. Si El no me transforma por dentro, por mucho que yo diga, daré tres pasos y volveré a caer.

 

EN MI GETSEMANÍ Eduardo Meana

Para que mi amor no sea un sentimiento, tan solo un deslumbramiento pasajero
Para no gastar las palabras más mías ni vaciar de contenido mi te quiero
Quiero hundir más hondo mi raíz en ti t cimentar en solidez, este mi afecto
Pues mi corazón que es inquieto y es frágil solo acierta si se abraza a tu proyecto

Mas allá, de mis miedos, mas allá de mi inseguridad, quiero darte mi respuesta
Aquí estoy para hacer tu voluntad, para que mi amor sea decirte si, hasta el final

Duerme en su sopor y temen en el huerto, Ni sus amigos acompañan al maestro,
Si es hora de cruz, es de fidelidades, Pero el mundo nunca quiere aceptar eso
Dame a comprender, Señor, tu amor tan puro, amor que persevera en cruz, amor perfecto
Dame serte fiel cuando todo es oscuro para que mi amor sea mas que un sentimiento

No es en las palabras ni es en las promesas donde la historia tiene su motor secreto
Solo es el amor en la cruz madurado el amor que mueve todo el universo
Pongo mi pequeña vida hoy en tus manos por sobre mis inseguridades y mis miedos
Y para elegir tu querer y no el mío hazme en mi Getsemaní, fiel y despierto

 

Participan los oyentes

         Nunca ví a Jesús en silla de ruedas ¿qué me contesta de eso?

MT: Esto es cierto. Pero Jesús sí sufrió la marginación, ese abandono, esa soledad. Nosotros no nos identificamos con Jesús o con los personajes de la Biblia por lo externo, porque la realidad externa es otra: vivimos en otro lugar, en otra época. Pero nos podemos identificar con El en las vivencias internas. Ahí es donde entra la comprensión profunda

 

         Me quedó mucho dolor de una mala relación que ya corté pero de la cual no esperaba las reacciones de la otra persona ¿cómo hago no volver a no equivocarme, a reconocer a personas manipuladoras?

MT: Muchas veces amar al otro conlleva dolor. Cuando uno se acerca a Dios, Dios es el primero que cree en nosotros. Y debemos dejarnos decir una y mil veces por Dios eso: “yo creo en vos, vos podés; sos importante, valiosa , y te amo”. Está bien ‘amar al prójimo como a sí mismo’, pero no está bien ‘amar al prójimo en lugar de a sí mismo’. Muchas veces, cuando vamos al prójimo en lugar de ir a nosotros mismos, nos estamos anulando. Amarme a mi mismo incluye que Dios me vaya dando la fuerza, el empuje.

DAME TUS OJOS Marcela Gándara

Dame tus ojos quiero ver, dame tus palabras quiero hablar, dame tu parecer…
Dame tus pies, yo quiero ir, dame tus deseos para sentir, dame tu parecer…
Dame lo que necesito para ser como tu…

Dame tu voz, dame tu aliento, toma mi tiempo es para ti, dame el camino que debo seguir.

dame tus sueños, tus anhelos, tus pensamientos, tu sentir, dame tu vida, para vivir…
[ Lyrics from: h.lyricsmode.com/lyrics/m/marcela_gandara/dame_tus_ojos.html ]
Déjame ver lo que tu ves, dame de tu gracia, tu poder… dame tu corazón.

déjame ver en tu interior, para ser cambiado, por tu amor… dame tu corazón…

//dame tu voz, dame tu aliento, toma mi tiempo es para ti, dame el camino que debo seguir. dame tus sueños, tus anhelos, tus pensamientos, tu sentir, dame el camino que debo seguir//
Dame tus ojos, quiero ver… dame tu parecer…

MT: No debemos tener miedo a nuestra humanidad, porque también ahí estamos mostrando nuestra divinidad. Ante el dolor del otro, debemos sentir compasión, no quedarnos fríos, no tener temor de dejarnos afectar por la realidad de los otros, no tener temor de amar aunque duela. Cuando Jesús llora la muerte de Lázaro, los discípulos dicen “miren cómo lo amaba”. También desde ahí nosotros podemos canalizar lo que sentimos en el amar a los demás.

 

VLF: Jesús ha sentido tanto como nosotros. En los Evangelios resulta que Jesús se admira, Jesús se entristece, Jesús llora. Jesús se indigna. Pero sobre todo Jesús ha amado, y nos ama

 

MT: Y también Jesús se alegra, se llena de gozo. Cuando la Palabra nos va alcanzando, cuando Dios va tocando nuestros corazones los va transformando. Y yo creo que hoy Dios está feliz de cada uno de nosotros, de todos los que vamos dejando que de alguna manera pueda ser alguien importante en nuestra vida. De la misma manera que lo hicieron sus discípulos cuando hacían curaciones en su nombre y volvían gozosos, El se pone feliz de que podamos poner la vida en sus manos y que sea El quien haga maravillas a través nuestro en nuestros hermanos. Ojalá que así podamos experimentarlo en este día

 

Enséñame a amar hasta que duela el corazón. Enséñame a dar hasta entregar la última fibra de la razón.

Volvería a vivir toda mi vida , mi pobre vida Volvería a sentir todo el dolor, inútil dolor por un instante de tu amor

 

Haz que este amor que hay en mis venas no sean cadenas de vil pasión

Al calor de tu sol , hasta estrellas, cielo y tinieblas va la ilusión

Volvería a vivir toda mi vida, mi pobre vida Volvería a sentir todo el dolor, inútil dolor por un instante de tu amor

 

Dame a vivir cáliz de aliento, pan de consuelo. Muero de sed

 

ESTOY AQUÍ

dolor, traición, desengaño, desilusiones y mal trato, burlas, subestimaciones, abusos, tragedias, soledad,
son situaciones que en cualquier momento, se pueden cruzar por nuestro camino,
ya que vivimos en un mundo, en el que todos somos propensos para enfrentar el sufrimiento,
y sin importar donde nos escondamos, el dolor nos puede encontrar,
pero de cada proceso y cada batalla que enfrentamos,
podemos salir victoriosos, después de la caída podrá llegar el levantamiento,
porque no estamos solos, hay un Ser que prometió estar con nosotros, todos los días,
y nos amos con un amor, que sobre pasa todo entendimiento, y hoy nos dice estoy aquí.
ESTOY AQUÍ, PARA HACERTE COMPAÑÍA Y CON MI AMOR, REGALARTE UN NUEVO DÍA ESTOY AQUÍ,
PARA DARTE UNA PALABRA, SOSTENERTE DE MI MANO, DEVOLVERTE LA SONRISA RECUERDA, YO ESTOY AQUÍ.
volvieron a engañarte, a mentirte, a decepcionarte, volvieron a traicionarte,
ya lo se otra vez volvieron a golpearte, a desvalorarte y a desanimarte,
una vez mas vino alguien a robarte la confianza, queriéndote dejar herido y sin esperanza,
clavaron otra lanza en tu espalda ya abatida, marcaron otro triste episodio en tu vida,

quisiera decirte que no volverá a ocurrirte, pero no, no, yo no estoy aquí para mentirte,
quisiera decir que la vida es maravillosa, y que a mi lado todo es color de rosa,
la verdad es que si habrán desilusiones, si, en este mundo tendréis muchas aflicciones
pero que llegue el día malo, no debes de temer, te daré otro nuevo amanecer, porqueee..

no tienes que luchar, no tienes que defenderte solo hablarme que estoy aquí para protegerte,
me sientas o no me sientas, me veas o no me veas, estoy aquí para ayudarte vasta que me creas,
y si quieren traicionarte lo usare para tu bien si quieren engañarte lo usare para tu bien,
si quieren hacerte daño lo usare para tu bien, porque a los que me aman todo le obra para bien,

te podrán causar tristeza, te podrán causar dolor, pero nadie te podrá sepárate de mi amor,
en la vida te podrán llegar temporadas malas, pero voy a levantarte bien alto con nuevas altas,
yo no te garantizo un camino sin sufrimiento pero siempre te daré la victoria en vez de lamento,
nuevo levantamiento pleno contentamiento, soy tu paz, soy tu aliento y tu sustento.

recuerda que prometí estar contigo todos los días, hasta el fin del mundo
en el mundo tendréis aflicciones pero confiad en mi porque yo eh vencido al mundo