22/11/2019 – A mediados de este mes de noviembre surgía la noticia de que, el entonces Secretario de Salud de la Nación, Adolfo Rubinstein había ordenado la publicación, en el Boletín Oficial, del nuevo protocolo de interrupción legal del embarazo.
Este protocolo luego fue derogado debido a que, desde el Gobierno Nacional se afirmó que, dicha publicación había sido inconsulta y había sido tomada de manera unilateral. Un accionar que llevó a la renuncia del Rubinstein.
Este fue el tema central sobre el que se reflexionó en esta edición de “Por la Vida”.
Entre otros puntos, este protocolo permitía a las adolescentes menores de 15 años abortar en hospitales públicos, por considerar que cursar un embarazo a esa edad constituye un riesgo físico y psicológico para su salud.
Pero eso no es todo, paralelamente, el electo presidente argentino, Alberto Fernández anunció que, su administración enviará “un proyecto de ley de aborto no punible” al Congreso para tratar este tema “tan pronto” como asuma el Gobierno. En ese marco, Fernández argumentó su postura y accionar diciendo que el aborto es un problema de salud pública.
El conductor del programa de “Por la Vida”, Nicolás Lafferriere, abogado especialista en bioética y director del Centro de Bioética, Persona y Familia dialogó al respecto con el doctor Lenin de Janon Quevedo, director de la carrera de medicina de la Universidad Católica Argentina.
El especialista médico destacó que, el protocolo publicado por Rubinstein es “un protocolo hecho con muy mala intención. El tema de pensar que el aborto es un problema de salud pública, no tiene otra intención que mantenerlo dentro del campo de la salud. ¿Y porque dentro del campo de la salud? Porque se pueden hacer mas cosas como estas, es decir, prácticamente legislar, tirando por la borda todo lo que se hizo, todo el debate democrático que se hizo en Argentina y que se quede dentro de un ambiente del Ministerio de Salud o Secretaría de Salud y que esté supeditado a una resolución ministerial que, prácticamente suplanta una ley”.
El doctor Lenin de Janon Quevedo también destacó que, “este protocolo se perfecciona como herramienta coercitiva sobre el médico. El protocolo no está pensado para ningún otro profesional del equipo de salud porque dentro de todo el equipo de salud el médico es al que más fácilmente se lo asusta”.
Para el doctor Janon de Quevedo, “el protocolo da un nuevo concepto de riesgo. Por lo cual, el riesgo, que es la probabilidad de que un evento negativo suceda, se transforma prácticamente en una posibilidad”
Finalmente, el facultativo expresó: “Creo yo que, esta idea de que (el aborto) se mantenga en el campo de la salud pública se debe a que es mucho mas fácil manejarlo, mucho más fácil manipularlo y, la gente opina menos y quita la posibilidad de debatir, quita la posibilidad de que una mirada fresca, una mirada de afuera, una mirada de la gente común pueda enriquecer este debate”.
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