“La comunidad me alienta a entregar mi talento a los demás”, dijo el músico católico Mariano Durán

lunes, 23 de noviembre de 2020

23/11/2020 – Mariano Durán es un músico católico y comunicador que, junto a su esposa Melisa lleva adelante el servicio de la Hora Santa, que es una hora de adoración al Santísimo, guiada y cantada, que se realiza de manera mensual desde la parroquia San Antonio de Padua de la ciudad mendocina de San Rafael los segundos miércoles de cada mes y que Radio María Argentina comparte a todo el país. “Tengo 37 años, nací en San Rafael y soy el más chico de 4 hermanos. Mi papá se llama Lorenzo y mi mamá Herminia. De los cuatro podemos decir que los dos mayores eran quienes en su juventud mostraban mayores cualidades para las artes, uno en la música y el otro en el dibujo. Sin embargo quien terminó incursionando en la música fui yo. A pesar de que de chiquito no tengo ningún recuerdo de haber participado cantando en actos escolares, mucho menos en encuentros familiares porque de chiquito era muy tímido, y uno al cantar se muestra y eso me daba mucha vergüenza. En cambio mi hermano mayor Claudio sí, incluso él tocaba el acordeón y muchas veces siendo pequeño era el centro de la fiesta”, relató Durán.

Durante mi niñez la familia pasó por un momento muy duro, como fue la muerte de mi hermano Jorge. Peleó durante 4 años un cáncer y cuando tenía tan solo 24 años falleció, fue el 25 de diciembre del 92 (van a cumplirse 28 años), yo tenía 9 años. Falleció un 25 de diciembre, por eso las Navidades son muy especiales para nosotros. Jorge era quien tenía habilidades para el dibujo, el diseño, y recuerdo haber escuchado que alguna vez les dijo a mis papás que veía habilidades en mí para el arte y les recomendaba enviarme a determinada escuela. Mi familia siempre tuvo fe, la recibí allí. No obstante en mi adolescencia me alejé un poco del Señor hasta que en un retiro, a los 18 años, Jesús me sedujo y comencé a seguirlo”, sostuvo Mariano.

“De chiquito no fui a ningún conservatorio, terminé el primario, terminé el secundario y fue recién ahí cuando comencé a descubrir en mí ciertas habilidades para la música. En plena adolescencia les planteé a mis papás ir a aprender guitarra, comencé a ver que se me hacía fácil y rápido aprender, comencé a descubrir que era afinado para cantar. La misma profe me invitó a formar parte de un coro mixto (Colegio Maristas), ahí aprendí algo de técnica vocal, lograr independencia auditiva y cantar mi cuerda sin perderme de lo que cantaba el resto de las cuerdas”, agregó.

“Terminado el secundario decido estudiar el Profesorado de Historia, duré dos años en dicha carrera, pues me di cuenta que no era para mí, y decidí empezar el profesorado de música. Aquí era feliz, me encantaban todas las materias. Elegí como instrumento principal el piano y como secundario la guitarra. También participaba del coro institucional. Pasados los 4 años de cursado finalmente me recibí, los primeros años estuve ejerciendo en algunas escuelas secundarias de la ciudad, pero lo que más me gustaba era trabajar en el nivel primario de las escuelitas rurales. A la par de esto llevaba adelante mi apostolado por medio de la Productora San Gabriel y la Misa de la televisión, como camarógrafo y luego como director de cámaras”, dijo Mariano.

“Actualmente no ejerzo la docencia puesto que desde el 2012 se me hizo la propuesta laboral desde Productora San Gabriel y fue allí donde hice la opción por las comunicaciones, algo que también me encanta y apasiona. Como todos los que formamos parte de dicho equipo de trabajo, uno aprende a hacer de todo, desde iluminación, sonido, cámara, dirección, diseño, edición de video, etc. Es hoy mi fuente de trabajo, un verdadero privilegio poder trabajar y servir al Señor desde la pastoral comunicativa”, contó Durán.

“Hasta ahora les hablé de mis inicios en la música, mi posterior formación. Y puedo decir que de a poquito, y a la par de todos esos años,  el Señor me fue haciendo saber que me quería formar para ponerme a su servicio. En esto puedo decir que la comunidad parroquial fue clave para descubrir que el Señor me estaba llamando a servirle, que me había dado un talento que debía descubrirlo, trabajarlo y darlo a los demás, puesto que los carismas nos son dados por Dios gratuitamente para la edificación de nuestros hermanos, para construir el Reino, no para usarlos egoístamente, ni mucho menos guardarlo. Todo empezó cuando un amigo me invitó a formar parte de un grupo de música católica, él cantaría, una chica tocaría la batería y yo me encargaría del teclado. Y arrancaron los ensayos con un par de canciones. Nuestra primera presentación por supuesto fue en nuestra parroquia San Antonio de Padua. Fue un éxito, recibimos muchas felicitaciones y nos animaron a seguir adelante. Ahí comencé a escuchar por primera vez que me dijeran “tenés un don, me llegó al corazón lo que hiciste”. Yo no tenía idea de qué me estaban hablando, era un lenguaje nuevo para mí. Mariana, la baterista, estaba a cargo de los cantos en la misa de 11, y como yo también tocaba guitarra y cantaba me invitó a hacer juntos ese servicio. Y comencé a aprender canciones, a darme cuenta que no todos los cantos eran lo mismo, que había diferentes momentos en la misa. Ella también me invitó a sumarme al grupo de oración de jóvenes de la Renovación Carismática Católica, donde ella estaba a cargo de la música, por ende me sumé también con ella en este servicio”, indicó.

“Así pasaron unos años, y en determinado momento ella tuvo algunos inconvenientes familiares, y de pronto dejó de ir…me vi solo, no había a quién pedirle me acompañara, y me tocó salir al frente. Sólo en el grupo de oración y sólo en la misa del domingo. Pero como Dios todo lo hace bien, ya me había venido preparando. Lamentablemente en la Iglesia hay una gran necesidad de músicos, no abundan en absoluto. Incluso me pasó también que, como ya formaba parte activa de la Renovación, en determinado momento (porque nunca faltan los inconvenientes, las diferencias, las debilidades humanas) el ministerio de música que se hacía cargo de la misa mensual dijo que no lo seguiría haciendo ¿en quién pensaron? ¡no había otro! Ahí tuve que también salir al frente”, manifestó el joven mendocino.

“Puedo decir que la Renovación Carismática fue un antes y un después en mi vida de fe, puesto que ahí me encontré con un Dios vivo, que me conoce, que me ama, que me perdona, poder tener contacto con la Palabra de Dios, hacer vida de comunidad, y poder servirlo. Incluso ahí conocí a mi esposa. La comunidad de la Renovación me hizo saber que tenía el talento de la música y me alentó a entregarlo a los demás. Esto lo agradezco mucho. Ellos me decía que le diera para adelante. Ya han pasado más de 15 años, al día de hoy continúo sirviendo en la música en la misa de cada domingo, también cantando en la misa de la televisión diocesana, semanalmente también en la misa de Radio María”, resumió.

“Hace 4 años y medio junto a mi esposa Melisa llevamos adelante el servicio de la Hora Santa, que es una hora de adoración al Santísimo, guiada y cantada, que realizamos de manera mensual, y que por gracia de Dios y deseo de María este año (febrero) comenzó a ser transmitida también por Radio María. Los testimonios que recibimos son impresionantes. Tenemos 2 hijos de 1 y 5 años, y recurrimos a los abuelos y amigos para que los cuiden cuando tenemos que prestar el servicio en la Hora Santa. Dios a lo largo de todos estos años no ha dejado de sorprenderme, de abrir nuevas puertas, nuevas propuestas, como lo es hoy el reality católico “Enviados”, habiendo sido elegido entre más de 1400 participantes para formar parte de los “12 Enviados”. Actualmente el programa está en etapa de semifinales. Hemos tenido instancias semanales de formación, con Pacho Bermeo (espiritualidad), Azeneth (técnica vocal) y Juan Delgado (producción musical). Además del acompañamiento de los artistas servidores: Athenas, Kairy Marquez y Jon Carlo. El ganador de este reality tendrá la posibilidad de grabar su primer sencillo en el estudio de Juan Delgado en Miami”, dijo Durán.

Y añadió esta oración misionera:

Dios de amor y misericordia,

vos que escuchas las oraciones que te elevamos por medio del canto,

sigue transformándonos para ser mejores servidores, misioneros tuyos.

Dios de misericordia,

permite que nuestra música toque el corazón de tu pueblo.

Que traigamos luz a los que se encuentran en oscuridad,

restauremos la esperanza y la visión

a todos los que están deprimidos u oprimidos,

el bienestar y la salud a todos aquellos que sufren de coronavirus,

de ansiedad, miedo, depresión, soledad o cualquier otra enfermedad.

Dios de amor, nos has llamado a ser tu pueblo santo

y a cantar tus alabanzas.

Enséñanos a usar nuestros talentos y voces

para traer un mensaje de alegría, paz y esperanza.

Que el don de nuestras voces

y las melodías de nuestros instrumentos

se muevan con el poder de tu Espíritu Santo.

Amén.