26/11/2020 – Esta semana concluimos nuestro recorrido y profundización de la Exhortación Apostólica Postsinodal “Querida Amazonia” del Santo Padre Francisco.
Recordamos que el Papa, en este Documento, nos comparte sus cuatro grandes sueños que la Amazonia le inspira:
Sueño social: “Sueño con una Amazonia que luche por los derechos de los más pobres, de los pueblos originarios”
Sueño cultural: “Sueño con una Amazonia que preserve esa riqueza cultural”
Sueño ecológico: “Sueño con una Amazonia que custodie la vida desbordante que llena sus ríos y sus selvas.”
Sueño eclesial: “Sueño con la Iglesia nuevos rostros con rasgos amazónicos”.
Junto al padre Javier Soteras reflexionamos en torno a los últimos puntos de este documento, donde el Papa aborda los siguientes temas: la fuerza y el don de las mujeres, ampliar horizontes más allá de los conflictos, la convivencia ecuménica e interreligiosa y una Conclusión con una oración a María, Madre de la Amazonia.
Sobre el final, y a modo de conclusión, el Papa expresa:
“La Madre que Cristo nos dejó, aunque es la única Madre de todos, se manifiesta en la Amazonia de distintas maneras. Ante la maravilla de la Amazonia, que hemos descubierto cada vez mejor en la preparación y en el desarrollo del Sínodo, creo que lo mejor es culminar esta Exhortación dirigiéndonos a ella:
Madre de la vida, en tu seno materno se fue formando Jesús, que es el Señor de todo lo que existe. Resucitado, Él te transformó con su luz y te hizo reina de toda la creación. Por eso te pedimos que reines, María, en el corazón palpitante de la Amazonia.
Muéstrate como madre de todas las creaturas, en la belleza de las flores, de los ríos, del gran río que la atraviesa y de todo lo que vibra en sus selvas. Cuida con tu cariño esa explosión de hermosura.
Pide a Jesús que derrame todo su amor en los hombres y en las mujeres que allí habitan, para que sepan admirarla y cuidarla.
Haz nacer a tu hijo en sus corazones para que Él brille en la Amazonia, en sus pueblos y en sus culturas, con la luz de su Palabra, con el consuelo de su amor, con su mensaje de fraternidad y de justicia.
Que en cada Eucaristía se eleve también tanta maravilla para la gloria del Padre.
Madre, mira a los pobres de la Amazonia, porque su hogar está siendo destruido por intereses mezquinos. ¡Cuánto dolor y cuánta miseria, cuánto abandono y cuánto atropello en esta tierra bendita, desbordante de vida!
Toca la sensibilidad de los poderosos porque aunque sentimos que ya es tarde nos llamas a salvar lo que todavía vive.
Madre del corazón traspasado que sufres en tus hijos ultrajados y en la naturaleza herida, reina tú en la Amazonia junto con tu hijo. Reina para que nadie más se sienta dueño de la obra de Dios.
En ti confiamos, Madre de la vida no nos abandones en esta hora oscura. Amén.”
Te invitamos a escuchar el programa completo en el audio al inicio de esta nota
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