Proyectos del año después de un balance

lunes, 28 de marzo de 2011
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Entrevista a Virginia Gawel, licenciada en psicología, especialista en terapia transpersonal.

 

PARA EL AÑO QUE COMIENZA Rubén Rada

Para el año que comienza, tengo mucho que pedir,
por lo mucho que yo pido, poco es mucho para mi
yo quiero vivir la vida, con lo que la tierra da,
junto a mis seres queridos, cantar de felicidad,

Para el año que comienza, tengo mucho que pedir,
por lo mucho que yo pido, poco es mucho para mi.
Quiero tener un trabajo que me de para vivir,
educación y salud para los niños del país

Será posible


Y si se puede quiero un ritmo que venga del alma,
que salga toda la gente, un rimo que sirva para cambiar,
y si se puede quiero un ritmo que venga del alma,
que salga toda la gente, un ritmo que sirva para cambiar

Quiero tener un gobierno con ganas de trabajar,
que piense en ti que piense en mi, y que no quiera robar
y si se puede quiero un ritmo que venga del alma,
que salga toda la gente un ritmo que sirva para cambiar

 

GL: El año pasado hablamos sobre hacer un balance. En realidad describíamos que el balance se va haciendo solo, quiera uno hacerlo o no conciente. A veces, el alma sola se va inclinando a hacer un balance cuando va cerrando el año: la misma cultura, la época… muchas cosas van influyendo para que nuestro ánimo vaya haciendo balances –a veces victoriosos, otras veces derroteros-. Habíamos hablado de que fin de año no es momento para hacer balances, porque se junta el cierre del año con las fiestas, estos balances anímicos que uno hace, y entonces estamos muy impregnados de cansancio… entonces es conveniente dejar esto para después de las vacaciones, para momentos en que uno puede hacer una reflexión, donde la lucidez en nuestro pensamiento sea un poco mayor. Y en esa oportunidad dijimos: pasadas las vacaciones, comenzaremos a hacer balances, y por tanto, proyectos para el año.

            Cuando comenzamos un año, o comenzamos una nueva etapa en nuestra vida, necesitamos proyectar. ¿Cuáles son estos proyectos?

A veces lo que proyectamos son metas largas que después vamos tachando no por cumplidas sino por imposibles de cumplir. Todavía muchos de nosotros seguimos elaborando proyectos en marzo, y no es tarde. Sería lindo que nos den algunas ideas. Por eso, vamos a pedir a Virginia que ha tenido la gentileza de brindarnos su tiempo y sus conocimientos sobre el tema.

 

VG: La pregunta sentida obliga a pensar con el corazón y con la cabeza. Considero indispensable eso: mirar dentro, y buscar el recurso que pueda servir al otro si nos ha servido a nosotros

            Habíamos hablado de no forzarnos a hacer un balance en momentos de excesiva movilización. En nuestro hemisferio, donde el comienzo del otoño coincide con el inicio del año laboral, el año lectivo, parece como mas natural hacer un balance previo a proyectos. Y allí vamos preparando lo que el alma quiere. El balance, lo que hicimos con el año que pasó, y a medida que uno madura y crece hacemos un balance: cómo nos fue yendo, que caminos o atajos tomamos cuando algo nos sirvió o no nos sirvió, y la evaluación que tenemos sobre nosotros mismos. En occidente, tendemos a ser muy duros con nosotros mismos. De modo que es necesario tener en cuenta el no ser duros en exceso con nosotros mismos a la hora de realizar un balance. Y a partir de eso, en el proyecto, ser sensatos y cuidadosos en fijarse metas y propósitos inteligentes, autocuidadosos. Porque si comienzo a fijarme metas inalcanzables, estoy garantizando la frustración. Si tengo un nivel de exigencia demasiado excesivo, severo –que a veces no lo ejerzo con otra persona pero sí conmigo- (exigencia tanto en el rigor del propósito como en el tiempo en que quiera cumplirlo), a la hora de hacer el balance, la resultante va a ser “no pude” ¡cómo voy a poder si me estoy exigiendo algo en tiempos irrazonables, que no son los tiempos de la naturaleza ni los tiempos del alma!

            Los propósitos tienen que ser sentidos y pensados. Y en función de eso ir evaluando qué quiere lo más interno de mi. La persona es más feliz, mas plena, cuanto más afina sus propósitos a lo no condicionado de sí. Es decir que a medida que los años pasan, y la persona los usa para madurar, para crecer, se va dando cuenta de que hay propósitos que cada año se hace, que no son de él o de ella, sino que son impuestos por los mandatos externos (mandatos de crianza, o mandatos culturales, que pueden ir desde la supuesta vocación que uno tenga que tener, o la cantidad de dinero, ropa, objetos que uno tenga que tener, o cómo deba invertir el tiempo…). Esos mandatos empiezan a sustituir por condicionamiento lo que son imperativos del alma, aquello que el alma vino a hacer a este mundo. Es decir, la experiencia humana como una aventura que vinimos a desplegar. Y si eso fuera así, que es el fondo de la cuestión, aquello por lo cual el alma busca una orientación en este mundo, nos damos cuenta de que es así: el alma vino a ser plena en aquello para lo que vino a ser. Para darnos cuenta qué vino a ser, necesitamos des-proveernos de los imperativos que están ‘postizos’ en nuestro cerebro. Eso requiere todo un arte de auto observación y de discernimiento, para darnos cuenta de que cuando decimos ‘yo’, decimos ‘legión’: somos un conjunto de yoes dentro de nosotros. Tal vez por ejemplo, un yo me dice que mi vocación es ser abogado, y después que llegué a serlo, otro yo que también está dentro de mi, me dice que quiero donar parte de mi tiempo a trabajar con los que no pueden defender sus derechos, es decir ¿cómo ejerzo esta vocación en mi? ¿qué dice mi alma, mi espíritu, después de lo condicionado? Solo así voy a sentir que cuando termina el día hay una satisfacción en mi: si ejerzo bien ese propósito.

            La palabra PROPÓSITO viene de PRO-PONER: IR EN POS DE. Y PONER, es como en las aves poner un huevo que después tenemos que empollar. Tenemos que trabajar a diario para lograr esa postura como las aves, para dejar ese huevo fértil en el nido, que va a dar vida, va a dar algo nuevo al mundo.

            De modo que la palabra PROPONER implica algo que no es trivial. Por mas que en lo cotidiano también es importante el orden, porque eso también hace a la tranquilidad del espíritu: si mi vida es un caos en lo más trivial, no va a andar bien en lo menos trivial, en lo más ascendente.

 

GL: A la hora de proyectar el año, de pronto nos encontramos con herramientas para detectar la misión de nuestra vida, y obviamente lo menor está subordinado a lo mayor. Y los propósitos del año tienen que ver con avanzar o ‘empollar’ la misión de vida. Nos has invitado a ser cuidadosos, sensatos e inteligentes para hacer un proyecto. Y a tratar de descubrir dentro de la ‘población de voces’ que hay en nuestra cabeza y en nuestra alma, cuál es lo más sentido de nosotros. Vos decías que desde tu experiencia, ves que son más felices aquellos que viven desde lo no condicionado, es decir, desde lo más genuino, sin seguir a rajatabla los mandatos de la cultura o de la crianza. La pregunta es ¿cómo descubrir el imperativo del alma? ¿cómo sabemos cuál es el alma y cual es lo condicionado, cuando está tan encarnado en nosotros, desde tan pequeños, estos mandatos? De alguna manera, somos tan profundamente modelados por la cultura, por la familia, que a veces descubrir lo lo mas genuino, lo mas sentido de mí, no es tarea sencilla ni fácil. Sería bueno que nos dieras algún consejo para no errar el camino.

Además muchas veces hay personas que en una etapa de su vida se dan cuenta de que han vivido desde mandatos familiares, y entonces se van al otro extremo. Y entonces, lo que están haciendo es seguir girando en torno a otro mandato, porque están probando la antítesis de ese mandato y no descubriendo  lo más genuino de sí mismos.

A partir de mañana empezaré a vivir la mitad de mi vida;

a partir de mañana empezaré a morir la mitad de mi muerte;

a partir de mañana empezaré a volver de mi viaje de ida;

a partir de mañana empezaré a medir cada golpe de suerte.

 

A partir de mañana empezaré a vivir una vida más sana,

es decir, que mañana empezaré a rodar por mejores caminos;

el tabaco mejor y también por qué no, las mejores manzanas,

la mejor diversión y en la mesa mejor, el mejor de los vinos.

 

Hasta el día de hoy, sólo fui lo que soy, "aprendiz de Quijote",

he podido luchar y hasta a veces ganar, sin perder el bigote.

Ahora debo pensar que no pueden dejar de sonar las campanas,

aunque tenga que hacer, más que hoy y que ayer…

a partir de mañana.

 

Si a partir de mañana decidiera vivir la mitad de mi muerte

o a partir de mañana decidiera morir la mitad de mi vida,

a partir de mañana debería aceptar, que no soy el más fuerte,

que no tengo valor ni pudor de ocultar mis más hondas heridas.

 

Si a partir de mañana decidiera vivir una vida tranquila

y dejara de ser soñador, para ser un sujeto más serio,

todo el mundo mañana me podría decir: "se agotaron tus pilas,

te has quedado sin luz, ya no tienes valor, se acabó tu misterio".

 

Cada golpe de suerte empezaré a medir a partir de mañana.

De mi viaje de ida empezaré a volver a partir de mañana.

La mitad de muerte empezaré a morir a partir de mañana.

La mitad de mi vida empezaré a vivir… a partir de mañana.

Alberto Cortez

 ‘CON LOS AÑOS QUE ME QUEDAN’

Se que aun me queda una oportunidad. Se que aun no es tarde para recapacitar

Se que nuestro amor es verdadero, y con los años que me quedan por vivir

Demostrare cuanto te quiero. Con los años que me quedan,

Yo vivire por darte amor borrando cada dolor,

con besos llenos pasión, como te ame por vez primera

Con los años que me quedan, Te haré olvidar cualquier error

No quise herirte, mi amor. Sabes que eres mi adoración

Y lo serás mi vida entera.

No puedo imaginar vivir sin ti . No quiero recordar como te perdí

Quizás fue inmadurez de mi parte, No te supe querer

Y te aseguro los años que me quedan los voy a dedicar a ti

Hacerte tan feliz que te enamores mas de mi

Yo te amare hasta que muera

GL: Cuando pasa el tiempo uno se da cuenta de que las oportunidades se van achicando. Eso significa que hay que tratar de dar en el blanco, no jugar con las oportunidades. Esto a veces implica procesos muy profundos que no responden fácilmente a una idea, a una receta. Necesitamos alguna pista para identificar los imperativos del alma, lo propio, lo no condicionado. ¿por dónde empezamos? ¿por lo que nos hace sentir bien?

 

VG: a veces lo que en nuestra crianza nos es condicionado, concuerda con lo que nuestra alma querría. Entonces nos parece que es condicionamiento y no lo es. Es condicionamiento pero a su vez nuestro espíritu quiere eso. Solo que hay que despojarlo de la severidad del condicionamiento, y para eso a veces es necesario reconciliarse con la propia historia (porque estamos enojados con quienes nos condicionaron). Y esto es fruto de un proceso. Hay quienes tienen la buena ventura de encontrar su vocación tempranamente, y a partir de la ella ir generando proyectos tempranamente. Por supuesto, a través del despliegue de esa profesión vocacional uno va cometiendo errores de exigencias, de evaluación, de por dónde ir, porque uno navega en la confusión porque está lleno de esa ‘población de voces’. Hay un punto que no podemos apresurar, y es el tiempo que pasa y conocerse a uno mismo, observarse, evaluarse, trabajar sobre sí, porque allí es donde adviene ese fruto tan preciado que es la joya del discernimiento. ¿cómo discernir una ‘voz prestada’ de una ‘voz propia’? En verdad, hay una resonancia emocional que a uno le indica dónde está el gozo más profundo en un quehacer. Un quehacer que no es nada mas que un hobby. Uno se va dando cuenta de que haciendo determinada cosa hay un bienestar que trasciende la autoestima superficial y barata. Hay una sensación de bien cumplido, de que el día rindió. Ahora, para saber de que ‘es por aquí’, como la intuición que nos lleva en un sendero del bosque, es que tuvimos que transitar muchos senderos, nos raspamos las piernas, nos pinchamos los pies. Y algo adentro nos dice ‘es por aquí’. Y para eso, parece que la condición es equivocarse mucho, pero además, darse cuenta del error, darse cuenta de que ‘por allí no era’. O al menos, si era por allí, no era ‘así’. Y eso casi siempre sucede cuando uno ya avanzó un poquito en la vida.

            Maslow alrededor de los años 60 decía: hasta ahora, la psicología se encargó de fijarse en las personas más tristes, en lugar de fijarse en el ser humano estupendo, pleno, que puede formar una familia que funciona, criar hijos sanos, asentar valores plenos en el mundo. Entonces él sembró un concepto muy interesante: el concepto de ‘autorrealización’ –que no es lo que la publicidad nos vende-. Autorrealizarse es VOLVER REAL LO QUE UNO ES.  Por contraste, hasta que uno no vuelve real lo que uno es, es ‘imaginario’: vivimos en base a esas voces creadas desde afuera, que en sí son imaginarias porque no es lo que somos: son imágenes de cómo tendríamos que ser. Entonces, si comenzamos a mirarnos como un instrumento musical ¿cuándo esta cuerda sonó afinada, sonó bonito dentro de mí? ¿Qué tipo de gente, qué tipo de tarea me hace sonar esas cuerdas de esa manera, me sacan de una tristeza de no ser? A medida que voy descubriendo eso, es posible que la vida me requiera tomar decisiones muy fuertes, porque a lo mejor me doy cuenta de que tengo que pegar un viraje de 180º. Ese viraje suele ser drástico, pero como en la mayoría de los casos se toma en la mitad de la vida, necesita ser paulatino. Porque si no se corre el riesgo de ‘darse vuelta en el medio del mar’. Por eso a veces se requiere de la ayuda de algún terapeuta (o uno mismo puede hacerlo) para fundar propósitos nuevos que vayan en la dirección de donde esa cuerda íntima vibra. Ese viraje tiene que tomar un tiempo razonable para que no nos lastimemos. Hay que hacerlo con pasos sensatos. Primero tratar de distinguir ‘qué cuerda suena’, luego admitir que cuando la cuerda suena hay confusiones que tienen que aclararse para ver por dónde hay que hacer sonar esa cuerda, y empezar a fundar propósitos con plazos razonables. Por ejemplo: yo tengo el propósito –que tiene que ser a largo plazo- de no seguir con esta relación que me hace mal. Pero tengo hijos, tengo compromisos tomados, no tengo sustento económico suficiente. Entonces ¿cuál sería el primer paso? Y ¿en qué plazo? Un ejemplo más sencillo: tengo sobrepeso y quiero bajar. No puedo hacerme el propósito de bajar 15 kg en un mes, porque me voy a dañar. ¿cuál es el primer paso? Tal vez fijar para dentro de 15 días una entrevista con un nutricionista, luego organizarme para hacer caminatas, pero previamente consultar a un cardiólogo que me aconseje cuánta caminata y con qué frecuencia. Eso es un propósito razonable, con auto-cuidado. Y el primer paso, es un primer paso que me va a hacer sentir bien si lo doy. Hay que darlo, y no ‘a partir de mañana’, sino ‘ahora’. Pensar fue antes. Ahora es acción. ‘Mañana’ es ‘nunca’. Y ese paso debe hacer vibrar mi corazón. Y a medida que voy dando el segundo, el tercer paso, voy sintiendo una satisfacción, un goce que no es condicionado: mi alma me lo dice. Y yo empiezo a ser ‘capitán de mi alma’, empiezo a ejercer un auto-liderazgo. Ya no son voces externas. Ví por dónde es, y no importa lo que cueste: yo, dentro de mi, siento que puedo ejercer disciplina, porque el ejercicio de la disciplina sana y medida empieza a ser gozo. Gozo de que estoy cumpliendo conmigo. Y si cumplo conmigo, cumplo con lo que vine a hacer.

 

GL: Cuando hay mucha ansiedad, mucho barullo, o incluso mucha patología, mucho desorden dentro del alma, sobre todo en esta sociedad de consumo donde estamos inmersos, donde abunda la ‘autoestima superficial y barata’, esos primeros pasos –sobre todo para quienes están acostumbrados a andar a los tumbos- no son muy placenteros, porque son pasos muy austeros, que contradicen las autoexigencias, las fantasías, las idealizaciones. Y a veces daría la impresión que es todo lo contrario. Digamos: el paso de la abstención de quien deja una adicción, el primer paso de quien se sienta a calentar la silla para estudiar, los pasos de la cotidianeidad, de la rutina, de eso a lo cual los hombres occidentales huimos enfermizamente, no siempre son placenteros. Por el contrario, son muy ásperos y difíciles de dar y pueden dar falsas pistas. No traen sentimientos de plenitud, sino mas bien de frustración o de bronca. No podemos tenerlo todo ni ya, y no nos damos cuenta de que en el fondo estamos queriendo eso

 

VG: Ciertamente en la medianía de la vida, uno comienza a hacerse preguntas que ‘están más allá de la cáscara’, y se da cuenta de que hacer vibrar la cuerda íntima implica un esfuerzo, pero que vale la pena. Habrá que sobreponerse a las dificultades porque con eso se sale fortalecido. A partir de las circunstancias que nos son dadas, tenemos que crear nuestras propias circunstancias que son las que nos permitirán llegar a tener una vida plena. Eso implica, por un lado, dejar de tener lástima de sí –porque entre las voces que nos pueblan, hay una que suele actuar de esa manera: que no sea esa voz la capitana-: aceptar lo que soy y crear mi circunstancia. El sonido de mi ‘cuerda’, solo tendrá sentido si suena como una ‘partitura’: como una parte de una orquesta mayor. La felicidad de la acción propia viene cuando uno se da cuenta de que lo que uno hace a la larga me lleva a servir al mundo, a ayudar a otros a veces a través de acciones muy pequeñas y cotidianas. Y a veces tiene requisitos como por ejemplo cuidar mi salud, cómo genero recursos, los afectos que elijo. Tengo que tener primero esa plataforma de auto cuidado para luego aspirar a algo mas grande.

            Maslow decía que un terapeuta que va a acompañar a un paciente a hacer ese viraje, tiene que prepararlo para ser impopular. Esto quiere decir: a mucha gente no le va a gustar su cambio. Va a tener que lidiar con el entorno que probablemente le dirá “vos antes no eras así…¿por qué te vestís así ahora?…¿…y ahora por que…? …” Esa persona está viendo como ser ella misma sin dañar y sin dañarse también. Y ese equilibrio nuevo que uno trata de buscar entre el afuera y el adentro es al principio muy difícil, y uno quisiera saltearse esos primeros pasos del cumplimiento de un propósito. Pero no se puede. Y eso requiere coraje, valentía. La palabra “coraje” viene de “corazón”: ¿qué pasa con quién no se atreve? Maslow habla del “Complejo de Jonás” como “la tristeza que deviene a aquel que sabiendo que puede más, hace menos”. Esto viene de cuando en el Antiguo testamento, a Jonás se le dice que esta llamado a ser profeta y el responde “¿yo? Yo no sé, no puedo”, con tal de no hacer sonar la cuerda del propósito.

            Y para quien se atreve a dar ese viraje, no son solo difíciles los primeros pasos. Va a tener muchos momentos de aridez, de demanda de la gente, de juicio desde afuera. Porque nuestra tarea, cuando es llevada a cabo, les recuerda a muchos que no han realizado la suya porque no han seguido su voz íntima por comodidad. Por eso decíamos anteriormente que hay que prepararse para ser impopular, para recibir las críticas y a seguir adelante. Y, como decía Gandhi “si nadie te sigue, camina solo”, y ¡vaya que lo siguieron multitudes! ¿por qué? Porque él se siguió a sí mismo. Y eso sabe a verdad.

 

No olvides que una vez tú fuiste sol, no olvides ni la tapia, ni el laurel;
no dejes de asombrarte al asistir a un nuevo nacimiento en tu jardín.
No pierdas una ventana, no entregues tus mañanas
de aguaceros y juegos, ni desentierres tesoros viejos.

No ocultes lo que ayer se te ofreció, no escondas la moneda ni el vitral;*
no dejes que una nube diga ”adiós”, no caigas a pedazos,**
no asustes tu diamante. No entregues tu perfecto amanecer,
ni tus estrellas, ni tu arena, ni tu mar, ni tu incansable caminar.
Vete de nuevo hasta el arroyo donde está tu mejor canto.

Y ve, cálmale la sed a tus enormes prados, no permitas que se pierda tu cosecha,
hoy, que hasta la lluvia fiel no te ha escuchado, busca tu raíz.
Y dale la caricia a la que siempre espera, la única manera de hacerla que vuelva
a ofrecerte frutos hasta en el invierno. Y no olvides que una vez tú fuiste sol.

Y ve, desata esos diques de corrientes presas, déjate llevar y vuelve a ser jinete,
baja hasta tus valles de palomas sueltas, que éste es tu país:
donde están tus riendas, donde está tu espuma,
donde abandonaste tu camino entonces, donde naufragaste, haz nacer mil rosas.
Y no olvides que una vez tú fuiste sol.

 

GL: conozco el caso de muchos docentes que vienen incluso de licencias prolongadas, y que cuando les llega la hora de reintegrarse, sienten esa especie de fobia, angustia, a pesar de que ‘sienten que esa es su vocación’.

VG: Lo importante es que ha la cuerda que la hace vibrar, ha encontrado su vocación (vocación viene de la palabra ‘vocar’, y significa ‘la voz que me llama desde adentro. De la misma manera ‘equivocarse’ también viene de allí: ‘equi’ es ‘equivaler dos voces: una que dice sí y otra que dice no como si fueran iguales). Pero a veces el ejercicio de la vocación, generalmente cuando el servicio ocupa el primer lugar (docentes, médicos), el autocuidado también exige el primer lugar. En el servicio, hay un límite que si es traspasado se cae en lo que la psicología llama el “sindrome de bornout”, que significa “quedar quemado”: la demanda es tan excesiva que nos chupa la sangre, nos deja vacíos, nos deja llenos de angustia. El servicio excesivo también es nocivo. El ‘basta’ es paralelo al ejercicio de la vocación. Si no lo escuchamos, colapsamos. Por eso, si a pesar de sentir que es su vocación siente a su vez ese miedo, esa angustia, esto indica que el autocuidado llegó tarde. Y ahora corresponde entonces comenzar a implementar técnicas de autocuidado como pueden ser practicar yoga, hacer terapia, caminatas, encuentro con amigos: tener más tiempo para sí –porque de alguna manera en ese servicio excesivo se ha quedado sin tiempo para sí- . La voz de la vocación necesita, para que no se apague, una suerte de andamiaje para poder volver al trabajo con alegría. Hay que fortalecer la vida personal. Porque si no lo que sucede es que cuando se quiere volver al trabajo, en el cerebro surgen las ‘alarmas’ de amenaza, porque su autocuidado tomó una expresión neurológica: ‘este lugar es tóxico para mi’

 

            También es maravilloso encontrar las alternativas de ejercer lo propio. A lo mejor lo propio era ser bailarina clásica, y ya no es tiempo para eso. Pero está la alternativa de ‘lo posible’: otro tipo de danza. Tengo que encontrar qué es lo posible con mis posibilidades y mis limitaciones de hoy. Ir a danza y disfrutar del movimiento del cuerpo.

 

            Otra cosa importante a tener en cuenta es que “nunca es tarde” para ejercer la vocación. Es ahora. Si a veces nos surge plantearnos que es tarde, es justamente porque el alma está más viva que la de otras personas que ya se han dado por vencidas. Hay que buscar dónde canalizar la pasión, cómo puedo ser feliz. Tratar de descubrir qué me está haciendo infeliz y cómo buscar ir hacia lo mío.

 

DANZA Marilina Ross

Danza sobre restos de cristales de este tiempo no tan bello porque sola no estás
Danza sobre antiguas cenizas, sobre todas tus heridas, sola no estás
Si la imagen de tu espejo ya no está, será que estás aprendiendo a caminar
Danza sobre tu casa entre la hierba el olor del invierno, sola no estás
Danza bella niña, pequeña niña, distorsiones del tiempo, sola no estás
Sobre el humo que cubrió la luz de nuestra ciudad
y aunque duele no lo podemos modificar
Danza sobre el dolor,  que la danza lo consumirá

Danza sobre tu calle que danza, sobre esta casa que danza
si no se puede hacer más… por ahora
Danza sobre la desventura a la luz de la luna, sobre el campo y el mar
Danza es caricia, es pudor, danza no es odio, es amor, es aprender a volar
Si pudieras danzar por el aire también las estrellas podrían abrazarte
De veras: No sigas aferrada a tus dolores que no saben danzar

Danza junto a tu vida que danza, junto a todo lo que falta
si no se puede hacer más: Danza, danza, danza.

GL: hay dolores que no saben danzar

 

NOCHES DE BODA Joaquín Sabina

Que el maquillaje no apague tu risa, que el equipaje no lastre tus alas,

que el calendario no venga con prisas, que el diccionario detenga las balas,

Que las persianas corrijan la aurora, que gane el quiero la guerra del puedo,

que los que esperan no cuenten las horas, que los que matan se mueran de miedo.

 

Que el fin del mundo te pille bailando, que el escenario me tiña las canas,

que nunca sepas ni cómo, ni cuándo, ni ciento volando, ni ayer ni mañana

Que el corazón no se pase de moda, que los otoños te doren la piel,

que cada noche sea noche de bodas, que no se ponga la luna de miel.

 

Que las verdades no tengan complejos, que las mentiras parezcan mentira,

que no te den la razón los espejos, que te aproveche mirar lo que miras.

Que no se ocupe de ti el desamparo, que cada cena sea tu última cena,

que ser valiente no salga tan caro, que ser cobarde no valga la pena.

 

Que no te compren por menos de nada, que no te vendan amor sin espinas,

que no te duerman con cuentos de hadas, que no te cierren el bar de la esquina.

Que el corazón no se pase de moda, que los otoños te doren la piel,

que cada noche sea noche de bodas, que no se ponga la luna de miel.