17/11/22- Llega ese momento del año en que los alumnos deben enfrentarse a una de las situaciones que más estrés les genera en el ámbito académico. Pero una cosa es aprobar y otra es aprender… Laura Lewin, especialista en educación y crianza, nos brinda consejos útiles para poder ayudar a nuestros hijos en este último tramo del año.
Algunas claves que pueden servir:
1) Organización del tiempo y el espacio: lo primero que deben hacer los chicos es organizarse. Esto implica desde organizar el material de estudio, hasta el lugar en donde van a estudiar. Cuando nos distraemos, nos cuesta mucho volver a concentrarnos, por eso, ayudemos a los chicos a “preparar” su lugar de estudio: dejar el celular lejos, tener agua, un snack, sus apuntes o lo que necesiten a mano, para que no hayan distractores.
2) Estudiar con amigos: el cerebro es social. Cuando estudiamos con uno o dos amigos, haciéndonos preguntas y repasando, ayudamos a que la información llegue mejor a la memoria de largo plazo. Además, lo que uno no entiende, tal vez el otro sí. Eso sí, ¡deben buscar un buen compañero de estudio! Alguien que interrumpe todo el tiempo o se distrae, más que ayudar, va a empantanar la oportunidad de aprender.
3) Repetir: si leemos una vez y pasamos a otra tema, no generamos conexiones neuronales fuertes. Hay que reflexionar y repetir la información pero en nuestras palabras, en diferentes momentos y de diferentes formas. Estudiar de memoria no sirve. Inmediatamente después de haber leído algún tema, los chicos podrían tratar de explicar en sus palabras qué entendieron, contarle a un compañero lo más interesante que hayan escuchado, o lo que les pareció importante, o lo que más les sorprendió. Pueden dibujarlo, hacer un esquema, un cuadro, etc. Cuidado: una cosa es entender, pero otra es aprender. Que entendamos el concepto no significa que podamos explicarlo. La idea es que los chicos hagan suya la información. Es decir, no alcanza con resaltar o subrayar, hay que repetir en nuestras palabras, hacer un esquema, explicarle a otro, dibujarlo, etc.
4) Fortalecemos: llega el momento de hacer su propia retroalimentación metacognitiva para ver qué saben. ¿Qué me cuesta más? ¿Qué necesito practicar más? ¿En qué necesito ayuda?
5) Distanciar los momentos de estudio: estudiar en varios días diferentes, repasando la información es más efectivo que estudiar todo en un solo día. Es necesario espaciar los repasos muy cerca uno de otro al principio y luego alejarlos entre sí.
6) Repasar: la clave del éxito para aprender está en el repaso. Hay que leer, repetir en muestras palabras, hacer gráficos, dibujos, cuadros… Volver a hacer mapas mentales , completar los organizadores gráficos , practicar con los cartelitos (flash cards) , repetir los resúmenes sin mirar, anotando lo que se acuerden , recrear los cuadros , contestar preguntas , explicarle el material a algún compañero , etc.
7) Hacer recreos: cuando la atención decae, no sirve de nada seguir esforzándonos. Leemos sin comprender. Es momento de una pausa activa, ¡de movernos! Los chicos deben tomar recreos activos breves (caminar, moverse, bailar) para poder activar nuevamente las funciones ejecutivas que les permiten pensar, organizarse, tomar decisiones, etc.
“Y no nos olvidemos que, si se preparan, y les va mal, que cometer errores es parte del proceso de aprendizaje. Un examen no los define como personas. Aprender de los fracasos nos ayuda a ser más resilientes. Pero cuidado: una cosa es que les vaya mal y otra es que piensen que no sirven. Ahí debemos actuar rápido, como adultos, para ayudarlos a ver sus errores de manera racional y no emocional. Como adultos, somos custodios de la auto estima de los chicos”, finalizó la especialista.
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